Siempre de trato amable y franco, el contador Armendáriz fue un hombre directo que no sabía andarse con rodeos.
El lunes 19 de mayo nos enteramos de la triste partida de nuestro gran amigo, colega hotelero y ex presidente nacional de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles A. C., el C. P. Rafael Gustavo Armendáriz Blázquez, quien siempre se caracterizó por su alegría de vivir y su muy particular forma de ver la vida y, sobre todo, su gran amor por nuestro gremio. No cabe duda que la hotelería mexicana ha sufrido una gran e irreparable pérdida.
Fue durante su presidencia que la hotelería mexicana enfrentó grandes retos, pero también donde se tuvieron sobresalientes logros, como lo fue el Segundo Congreso Iberoamericano de Hotelería y Turismo que se realizó en la Ciudad de México en septiembre de 2008.
Dicho congreso reunió a presidentes hoteleros y representantes de Argentina, Colombia, Venezuela, Chile, Costa Rica, Perú, Guatemala, y El Salvador, teniendo a la capital mexicana como punto de encuentro donde se comentaron y analizaron las diferentes problemáticas y experiencias que se compartían con hoteleros de otras latitudes.
Siempre de trato amable y franco, el contador Armendáriz fue un hombre directo que no sabía andarse con rodeos y prefería“ tomar al toro por los cuernos” y decir lo que pensaba francamente, siempre involucrándose en todos los procesos de una gestión como lo fue en su momento cuando presidió a la Mexicana de Hoteles.
Quienes tuvimos el honor y gusto de conocerlo y tratarlo, podemos decir que el legado que este gran hotelero potosino nos deja es de trabajo, tenacidad y de franca camaradería durante las sesiones de la AMHM.
Líder ejemplar que siempre estuvo involucrado con el quehacer y desarrollo de la hotelería en su amado San Luis Potosí, así como también a nivel nacional; siempre será un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de hoteleros; desde este espacio enviamos a su esposa, Doña Martha, y a sus hijas, Claudia y Carla, un fraternal abrazo de condolencias.
Siempre de trato amable y franco, el contador Armendáriz fue un hombre directo que no sabía andarse con rodeos.
Descanse en Paz, Contador Armendáriz.
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