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PÁGINA 5 // REPORTAJE LA TALA DE ÁRBOLES “Una Sociedad sin sentido de pertenencia por su hogar” Por Rubén Obelmejías El problema de la deforestación data desde los tiempos de Luis XIV, según el geólogo francés Tazieff, la génesis es cuando todos los bosques eran espesos y cubrían las montañas, se encontraron con la necesidad de madera para construir las carabelas y las fragatas de la flota real. Los árboles fueron derribados sin piedad, y las aguas de las abundantes lluvias arrastraron las tierras si retener ninguna raíz vigorosa. Se sabe que existe dependencia entre el clima, el paisaje y la vida de una región, por lo tanto la descontrolada tala ha sido la principal causa de inundaciones. Lo que ocurre en los bosques hoy día es incomprensible, puede ser inconsciencia o ignorancia. La primera causa de la deforestación es la búsqueda de terrenos para la agricultura comercial, lo que conduce a la pérdida de un equilibrio con consecuencias devastadoras. Según Noemí Cruz, de Greenpeace, “los bosques estabilizan el suelo, previniendo el deslizamiento de la tierra y posteriores inundaciones”. Además, Noemí Cruz añade que solamente el 40% de la madera de la tala es utilizada, el resto se quema o se abandona. Los incendios de bosques inciden doblemente en las inundaciones: por un lado, al desaparecer el árbol, el agua de lluvia cae directamente sobre el terreno, sin que la copa y sus raíces actúan como aliviadores y dosificadores del agua caída. Pero, por otro lado, la quema de madera libera cinco veces más gases de “efecto invernadero” que los procesos industriales. Esos gases contribuyen a producir el cambio climático, uno de cuyos efectos es incremento de sus lluvias. HORIZONTE VERDE El ecosistema parece ser evidentemente afectado por la tala de árboles, se remarca la importancia de los árboles actuando por un lado como “esponjas” para evitar la erosión del suelo y así preservar su capacidad de absorción, y por otro lado como vía de evacuación de agua por medio de la transpiración de sus hojas. En cambio, el caso que preocupa desde este lado, Venezuela ocupa el décimo lugar en el mundo en biodiversidad, pero con un gran problema cultural de querer vivir de talar, quemar y cavar. Aunque, el patrimonio más valioso que regaló la naturaleza probablemente sean los bosques, Venezuela tiene una sociedad donde un árbol tiene valor después que se le ha derribado y se le ha calculado los metros cúbicos de madera. Cerca de la mitad del territorio de Venezuela se encuentra cubierto de bosques, pero fraccionados, intervenidos y severamente degradados. Una de las consecuencias es la escasez de agua, tanto para el consumo doméstico, como para el riego de tierras agrícolas la producción de energía eléctrica. Otras consecuencias de la destrucción de los bosques son: el aumento en la frecuencia de sequías e inundaciones, con daño a la producción agrícola, represas hidroeléctricas, sistemas de riegos, vías de comunicación, empresas y hogares; erosión y pérdida de la fertilidad de los suelos; y crecientes dificultades en el suministro de leña, alimentos, medicinas, materiales de construcción y otros productos suministrados por los bosques; las altas tasas de deforestación implican que sea uno de los países con mayor cantidad de emisiones de gas carbónico por habitante de América Latina. En Venezuela el consumo de petróleo y gas natural genera la emisión de 140 millones de toneladas métricas adicionales de CO2. Por lo tanto, las emisiones totales ascienden a casi 12 toneladas de CO2 por habitante. Venezuela es uno de los 8 países del mundo más ricos en la biodiversidad, pero la deforestación implica la erradicación definitiva e irreversible de miles de especies, convirtiéndose en una amenaza a la estabilidad ecológica, y por ende a la estabilidad económica y social del país. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), Venezuela ha registrado en los últimos 28 años una de las tasas de deforestación más altas de América Latina. En 1988, la FAO plantea que durante la década de los 70, los bosques venezolanos fueron talados a razón de 245.000 hectáreas por año, en cambio en la