En una semilla hay mucha vida. Hay muchas frutas. Esas semillas necesitan ser sacadas de la fruta y se preparadas para luego volverlas a sembrar asegurando así la reproducción viva y poderosa.
Como padres Dios nos ha entregado hijos y nietos y necesitamos verlos como frutas. Dentro de cada una de esas personas hay semillas, llenas de vida. Podemos hacer dos cosas como padres con esas semillas. O las matamos, destruimos, despreciamos o abandonamos o las cuidamos, alimentamos y preparamos.
Cuantos padres alrededor del mundo han matados las se- millas en aquellos hijos que Dios les ha regalado. Expresiones como:“ No sirves para nada”.“ Eres un problema”,“ Jamás surgirás en la vida,“ Todo lo que tocas lo destruyes” se convierten en frases asesinas de semillas.
Familias en victoria
En una semilla hay mucha vida. Hay muchas frutas. Esas semillas necesitan ser sacadas de la fruta y se preparadas para luego volverlas a sembrar asegurando así la reproducción viva y poderosa.
Como padres Dios nos ha entregado hijos y nietos y necesitamos verlos como frutas. Dentro de cada una de esas personas hay semillas, llenas de vida. Podemos hacer dos cosas como padres con esas semillas. O las matamos, destruimos, despreciamos o abandonamos o las cuidamos, alimentamos y preparamos.
Cuantos padres alrededor del mundo han matados las se- millas en aquellos hijos que Dios les ha regalado. Expresiones como:“ No sirves para nada”.“ Eres un problema”,“ Jamás surgirás en la vida,“ Todo lo que tocas lo destruyes” se convierten en frases asesinas de semillas.