Hookah Magazine HOOKAH VOL II | Page 44

REPORTAJE

MÉTODOS ARTESANOS PARA CAZOLETAS ÚNICAS

A pesar de que muchas de las cazoletas para cachimba se producen en serie, Golden Hookah apuesta por métodos de elaboración artesanales, desde la construcción hasta la fase de decoración. De este modo cada pieza se convierte en una obra única e irrepetible hecha por las manos de expertos artesanos españoles con más de 20 años de trayectoria.

Para conocer el origen de estas cazoletas tenemos que desplazarnos hasta el pequeño taller de alfarería de Francisco Agudo, ubicado en la localidad de Puente del Arzobispo( Toledo). Francisco comenzó a trabajar el barro con 14 años, junto con su padre, oficio que le viene de familia y que dejó de lado con 20 años para volver a retomarlo años más tarde.“ Como en el taller no había sitio para los dos porque cada vez había más trabajo, comencé a trabajar en un matadero, y después cuando falleció mi padre, retomé el negocio de la alfarería”. Elaborar cazoletas para cachimbas forma parte

de su proceso de adaptación a los nuevos tiempos:“ Yo cuando llegué solamente hacía pucheros, artículos de menaje y ni si quiera cocía el barro. Ahora en cambio me muevo mucho más, tengo mis propios hornos y también esmalto las piezas de barro”. El secreto de Francisco está en el barro que utiliza, ya que es totalmente natural, extraído de unas canteras cercanas a su localidad.“ Antes nos traían la tierra y nosotros hacíamos el barro en el taller, pero ahora me sale mucho más rentable comprarlo y que me lo traigan en bloques”. Asimismo, el barro de Puente del Arzobispo es uno de los
mejores de España para trabajar, pero extremadamente sensible cuando se mete en el horno, debido a que es muy sensible a los cambios de temperatura. Con el bloque de barro en las manos, el primer paso a seguir es mezclarlo para que las capas interiores y exteriores sean uniformes y tengan la misma dureza. Para ello utiliza una máquina con cuchillas, muy similar a las que se usan para hacer la carne picada, en la cual se introduce el barro y sale totalmente mezclado y listo para trabajarse en el torno. Ahora es cuando llega la parte más difícil. Francisco nos cuenta que simplemente para manejar la
pella de barro y enderezarla se tardan unos dos meses:“ Lo peor de esta profesión es el tiempo que se tarda en aprender, es muy duro. Hacer un cuenco, que es lo primero que se enseña, puede llevarte unos seis meses”. En el caso de Francisco, puede tardar un minuto en dar forma a una cazoleta que posteriormente se deja secar durante cuatro días al aire libre con cuidado de que no les afecte un golpe de calor. Una vez se han secado, las piezas se llevan al horno donde se cuecen durante ocho horas a 1.060 grados, se dejan reposar otras ocho horas y se envían para ser pintadas por otro artesano.
44 | HOOKAH MAGAZINE VOL. 2 2017