la fumada. Su encendido
requiere de una fuente de
calor constante y de gran
potencia, como un hornillo
eléctrico, un camping gas,
una cocina de butano, un
soplete o incluso la propia
vitrocerámica. Hay que te-
ner cuidado a la hora de
prenderlo para evitar que-
maduras, por lo que utili-
zaremos unas pinzas me-
tálicas, similares a las que
se usan con los cubitos de
hielo, para manipularlo y
situarlo dentro de la cazo-
leta. Por otro lado, la gran
ventaja del carbón de au-
toencendido es su rapidez
a la hora de la combustión
y que no necesita una fuen-
te de calor constante. Es-
tas características lo con-
vierten en el idóneo para
los fumadores que dispo-
nen de una shisha en casa
porque su duración es per-
fecta para una sola fumada
y es muy fácil de encender.
Basta con utilizar la llama
de un mechero durante
unos segundos para que
comience la combustión.
No debemos olvidar el uso
de unas pinzas similares
para evitar accidentes. A
diferencia del carbón na-
tural, el de autoencendido
tiene un menor porcentaje
de elementos orgánicos
en su composición, que
aceleran el prendido y la
combustión, y generan una
ceniza menos densa. Esto
resultaría una desventaja
si vamos a fumar en exte-
riores, ya que el viento po-
dría acelerar este proceso.
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