Transformar el exterior en un espacio navideño es crear magia que se disfruta desde dentro y que comparte alegría con vecinos y visitantes.
Árboles: protagonistas naturales
Los árboles del jardín, especialmente coníferas y especies de hoja perenne verde oscuro, son aliados perfectos para la decoración navideña. El paisajista Fernando Pozuelo recomienda trabajar con abetos, cipreses, acebos, tejos, laureles y magnolios.“ Cualquiera de ellos de forma unitaria o haciendo bosque puede ser una buena idea”, explica. Las guirnaldas de luces son siempre efectivas, junto con farolillos y adornos resistentes al exterior.
Color y vida con plantas de temporada
La poinsettia o flor de Pascua aporta magia genuina a espacios exteriores. Es decoración efímera, pero puede aguantar el frío del invierno hasta cuatro semanas. Aunque la roja es tradicional, las variedades en rosa, fucsia, salmón o crema permiten combinaciones espectaculares. Alternativamente, el acebo o brezos como la Erica carnea o Calluna vulgaris añaden puntos cromáticos diferentes.
Ventanas: doble impacto decorativo
Las ventanas permiten disfrutar la decoración desde ambos lados. Estrellas colgantes, coronas en marcos y guirnaldas luminosas crean atmósferas mágicas visibles tanto desde dentro como desde el exterior. Su instalación es sencilla y rápida de desmontar tras las fiestas.
Iluminación: la clave del ambiente
Para fachadas, entradas o porches. Se recomienda una iluminación suave pero bien distribuida, que aporte toque festivo sin resultar excesiva. Jugar con diferentes estilos— guirnaldas o cortinas luminosas— da vida a los espacios con elegancia y calidez. La recomendación técnica es clara: siempre luces LED cálidas, como las cortinas de efecto centelleo, que crean atmósferas acogedoras mientras mantienen la eficiencia energética.
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