El olivo siempre debe colocarse en un lugar donde reciba suficiente luz directa, ya que es un aspecto clave para su buen desarrollo.
Olivos pequeños para espacios pequeños
Olivos de mayor tamaño: elegancia para grandes espacios
El olivo siempre debe colocarse en un lugar donde reciba suficiente luz directa, ya que es un aspecto clave para su buen desarrollo.
Este árbol, con sus hojas grisáceas y verdes, no solo aporta frescura, sino que también introduce un toque de serenidad y naturalidad, tan característico del estilo mediterráneo. Pero, ¿ cómo podemos integrarlo en nuestra decoración?
Olivos pequeños para espacios pequeños
Para quienes no tienen grandes estancias, los olivos pequeños o silvestres son una excelente opción. Esta variedad crece entre 20 y 50 centímetros, lo que la convierte en la elección ideal para espacios más reducidos. Colocar un olivo en una mesilla, aparador o en la encimera de la cocina puede ser la manera perfecta de añadir un toque verde sin sobrecargar el espacio. Eso sí, siempre debe colocarse en un lugar donde reciba suficiente luz directa, ya que es un aspecto clave para su buen desarrollo.
Olivos de mayor tamaño: elegancia para grandes espacios
Si tienes la suerte de contar con un salón o comedor amplio, un olivo de mayor tamaño puede convertirse en el punto focal de la estancia. Estos olivos grandes son perfectos para espacios como el salón, el dormitorio e incluso el baño, y se adaptan a una amplia gama de estilos de decoración, desde el mediterráneo hasta el rústico o nórdico. Su presencia, con el verdor de sus hojas, aporta un toque natural inconfundible que se mezcla a la perfección con cualquier entorno.
El olivo grande también se puede acompañar de maceteros de materiales naturales, como mimbre, arcilla o piedra, que complementan su estética. Evita las macetas de plástico, ya que no permiten un buen drenaje, lo que podría afectar la salud de la planta.
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