Una escultura que respira con la brisa marina
Es una experiencia sensorial para el visitante en este paraíso del sureste mexicano.
Una escultura que respira con la brisa marina
Lo que primero captura la mirada desde la distancia es una fascinante estructura que parece emerger orgánicamente del entorno playero. Este lobby-escultura, tejido meticulosamente con bambú, se asienta delicadamente sobre la fina arena blanca característica de Holbox. Lejos de imponerse al paisaje, la estructura se despliega hacia el cielo creando un juego visual que enmarca fragmentos del característico azul del firmamento quintanarroense. La genialidad del diseño de D’ Acosta radica en su concepción de“ piel que respira”: el entretejido de bambú permite el libre flujo del aire costero y establece un diálogo constante con los elementos naturales. No es simplemente un espacio de recepción, sino un umbral que prepara al visitante para la experiencia de inmersión natural que le espera en este singular alojamiento.
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