HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 41
HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA
finalmente un total de 14 campos de concentración
grandes y algunos más pequeños. Existían, además, unos
500 «campos de trabajo» con algunos cientos hasta más de
1000 prisioneros en cada uno. Estos «campos de trabajo»
estaban anexados a plantas fabriles a las que se
entregaban los obreros que debían realizar el trabajo
forzado. Los detenidos fallecidos en los campos de trabajo
figuran en las estadísticas de los KZ de donde provenían.
Para la industria bélica, los campos tenían una
importancia sustancial.
En Auschwitz, el KZ más grande, se elaboraba entre otros
productos el «Buria», un caucho sintético para la
producción de neumáticos y, por ende, de importancia
vital para la guerra. En el KZ Dora-Mittelbau,
especialmente temido por las condiciones de trabajo
extremadamente duras, se construían los cohetes, en los
que Hitler fundaba, aún en 1944, su esperanza en un
vuelco favorable en la guerra. El maltrato de los
prisioneros no era una política de estado, puesto que el
régimen tenía pleno interés en conservar su mano de obra
en buen estado de salud. Sin embargo, se cometían
reiteradamente torturas y atrocidades. Todo reglamento
vale tanto como las personas que lo tienen que aplicar, y
las que se presentaban para prestar servicios en los
campos de concentración no provenían de la elite de la
sociedad ni mucho menos. En muchos campos, las peores
brutalidades ni siquiera eran cometidas por las SS sino
por los criminales que aterrorizaban sin tregua a los
presos políticos. En el campo austríaco de Mauthausen se
llegó a récords en inhumanidad.
Oportunamente se procedía con toda severidad contra
incorrecciones de superiores de las SS. El comandante de
Buchenwald, Karl Koch, fue fusilado por corrupción y
asesinato; Hermann Florstedt, comandante de Majdanek
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