HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 26

Jürgen Graf 1. El único tabú En una sociedad pluralista los historiadores no están al servicio de la política. La libre investigación está garantizada al igual que la libertad de expresión. Consecuentemente, nuestra visión de épocas anteriores está expuesta a modificaciones. Nuevas conclusiones históricas nos obligan periódicamente a replantearnos nuestra visión de la historia. Es totalmente lícito analizar errores históricos con métodos de las ciencias exactas. Hasta hace poco, en Suiza se tomaba corno un hecho que después de la jura de Rütli en 1291 comenzó el «Burgenbruch», el ataque y la toma de las fortalezas de los Habsburgo. Sobre la base de excavaciones se comprobó que dichas fortalezas habían sido abandonadas sin combate previo, ya bastante tiempo antes o bien mucho tiempo después de 1291. Por lo tanto, el «Burgenbruch» es un mito. (W. Meyer: 1291. Die Geschichte. [1291. La historia]). No por ello hemos oído que los historiadores que guiaban las excavaciones hayan sido denunciados por «denostar a sus antepasados». En Turín, millones de peregrinos devotos veneraron el «sudario de Cristo», hasta que mediante investigaciones en laboratorios se llegó a comprobar que el paño provenía de la Edad Media. A nuestro saber, el Papa no excomulgó a los científicos encargados de llevar adelante esta investigación. Hay un solo periodo histórico para el cual, en la sociedad democrática occidental, queda invalidado el principio de la libre investigación. 26