September 2019
Vol 1 Issue 21
AÑO II - Nº3
PAGINA 9
Inside the Issue
BREVE ANÁLISIS DEL NUEVO
CONCEPTO MILITAR Y LA
INFANTERÍA TARDORROMANA
BAJO DIOCLECIANO
LEANDRO MOLEDO FALLA
Introducción
Definir y desarrollar el programa
reformador militar de Diocleciano no es
posible sin contextualizar el pasado
reciente del Imperio Romano, en especial
la severa Crisis del Siglo III. Es correcto
definir como lo hace la historiadora
Patricia Southern que “El siglo III se
abrió y cerró con la aparición de fuertes y
vigorosos Emperadores victoriosos en
guerra civil, cada uno de los cuales
sobrevivió lo suficiente como para
consolidar su poder y reorganizar el
estado.” Uno de estos Emperadores fue
Lucio Septimio Severo, legado de Panonia
que marchó en Roma, declarándose
Emperador con el apoyo de sus tropas.
Antes de poder consolidar su poder y
establecer su dinastía, combate
principalmente contra los pretendientes
Pescenio Níger y Clodio Albino, de Siria y
Galia respectivamente. Su poder se
establece y Severo consigue afirmarse
como Emperador, repartiendo poder,
eventualmente con sus hijos, Geta y
Caracala. Sin embargo, a su muerte, el
efímero orden establecido no tarda en
romperse. Caracala asesina a su hermano
para poder concentrar el poder, cinco
años después el asesino es asesinado,
desencadenando la peor crisis de sucesión
en Roma.
Surgen una enorme cantidad de
Emperadores “legítimos” y una igual cantidad
de usurpadores intentando derrocar al
Emperador de turno. Sumado a la impotencia
de centralizar el poder y establecer un líder
estable, el Imperio se descompone, dando lugar
al Imperio Galo -que experimentó tener el
gobierno más estable, su primer Emperador,
Póstumo, tuvo un gobierno ininterrumpido de
nueve años- y al Imperio de Palmira. Los
Emperadores romanos duraban muy poco, sea
porque eran derrocados, porque fallecían de las
plagas que azotaban al Imperio, muertos en
batalla o como Valeriano, que fue capturado por
el Imperio Sasánida y murió todavía apresado.
Como mencionado anteriormente, la crisis en
cuestión no fue producto solamente del
problema sucesorio romano, varios procesos
contribuían para dicha inestabilidad, los más
importantes siendo el ascenso del Imperio
Sasánida en Persia, enemigo eterno de