History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 62
dimensiones fabulosas y eran muy pocas las personas que se aventuraban de
noche a pasar por su fatídico boquerón.
Ubicada en un rocoso promontorio en el faldeo del Cerro Concepción, la cueva
quedaba junto al obligado camino que debían seguir quienes transitaban entre el
Puerto y el Almendral o viceversa.
La población porteña aseguraba que, de noc he, se aparecía el Maligno
transformado en un enorme Chivo dueño de tan potente mirada, que podía
hipnotizar y petrificar a sus víctimas impidiéndoles cualquier intento de fuga.
Los que lograban huir, lo hacían tan desesperadamente que morían destrozados
entre las abruptas rompientes o escapaban abandonando tras sí todas las
pertenencias que portaban.
Al camino que pasaba por La Cueva del Chivato se le bautizó posteriormente con
el nombre de “Calle del Cabo”, sendero que terminaba en la Quebrada de Elias,
actual Plaza Anibal Pinto.
Entre los siglos XVII y XVIII, sólo un reducido número de humildes casas, se
levantó en el sector que era el paso obligado de jinetes, carretas, calesas y
coches. Todos preferían hacer la jornada diurna, porque la nocturna arriesgaba a
infortunados encuentros con el “Maligno”. Tanto fue el terror que creó esta
leyenda, que en 1814, la policía optó por crear un farolito sobre una estaca para
brindar algo de visibilidad al rocoso promontorio.
Casi a fines del siglo XVIII, don Joaquín de Villaurrutia, prestigioso comerciante
vasco adquirió todos los terrenos y casas ubicadas en la Calle del Cabo,
incluyendo la misteriosa Cueva del Chivato. De inmediato, se procedió a
dinamitar el peñón donde estaba situada la caverna para construir los edificios
que servirían de bodegas para sus transacciones comerciales. Cuando la fortuna
comenzó a sonreírle, también la desgracia comenzó a ensañarse con él.
Innumerables problemas políticos, monopólicos y hasta guerreros comenzaron a
preocuparlo.
Villaurrutia, logró ser dueño de una fragata con la que deseaba mantener el
régimen colonial, pero muy pronto cayó en poder de los patriotas durante
gloriosos acontecimientos producidos en 1821. Aún así la mala suerte siguió a la
nave la que fue destruida durante un violento temporal que la estrelló en los
roqueríos que existían frente a la Cueva del Chivato en 1839.
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