History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 157
Pero los demonios no eran tontos, y sabían que apenas le quitaran la vista de
encima, el chico podía terminar hablando igual. De manera que lo siguieron a
escondidas. Pero en un caso de yo sé que tú sabes que yo sé, el mozo no dijo una
sola palabra. Nada de nada. Nope. Niente. Al cabo de un tiempo, los demonios se
aburrieron, dieron por sentado que el joven iba a guardar el secreto, y se marcharon
a cualquiera sean los asuntos que ocupen a un demonio en la Isla de Pascua anterior
al Cristianismo. Pero el individuo éste no tenía manera de saber si la vigilancia se
había acabado, o si acaso los demonios estaban tomando turnos, ¿no? De manera
que siguió sin hablar, pero recurrió a un lenguaje en código: agarró un pedazo de
toromiro, y sobre esta madera talló la figurilla que recordaba en la memoria, un
hombrecillo desgarbado, feo y con las costillas al aire. Acababa de nacer el primer
aku-aku. De lo que se deduce que los isleños eran unos genios, porque adivinaron
el significado del aku-aku enseguida: ¿de qué otra manera podríamos conocer la
historia si el único testigo de la misma nunca habló...?
Volviendo al ámbito más prosaico de la realidad histórica, el historiador Jared
Diamond en su libro "Colapso" ofrece una explicación alternativa más siniestra
para los aku-aku. Según la
teoría prevaleciente sobre el
pasado de Isla de Pascua, su
civilización
habría
colapsado víctima de una
sangrienta guerra civil
provocada
por
la
superpoblación y la escasez
de recursos agrarios. Al
final, el resultado habría
sido incluso el canibalismo.
Los aku-aku habrían sido
así un retrato fiel de la
angustia suprema vivida por
los pascuenses en el ocaso
de su civilización. Aunque
claro, cuesta imaginarse a
un artista de la talla
preocupándose por tallar un
pedazo de madera en vez
de, digamos, buscar ratas o algún otro bicho para echarse a la boca. Como de
costumbre, la verdad sobre este aspecto de la cultura de Isla de Pascua sigue
sumida en el más penetrante de los misterios.
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