History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 116
su fé en el Inti o Dios Sol, pero todo ocurrió al revés: él hablo de un solo Dios
Todopoderoso Creador del Cielo y de la Tierra. Le habló de María, de la
inmortalidad, de la supervivencia del alma sobre el cuerpo, de un Más Allá de
eterna bienaventuranza, de amor y felicidad. Finalmente, La ñusta se convirtió y
pocos días antes del cuarto plenilunio, los amantes se juntaron en un claro del
bosque, junto a un manantial (se supone que en ese lugar está construido el
pueblo de La Tirana).
Allí Almeida bautizó a su amante con el nombre de María. Huillac le preguntó al
español si "el ser cristiana y morir en el seno de tu fe, mi alma vivirá unida a la
tuya... Así es, amada mía, contestó el Portugúes. Pues bien bautízame,
Castellano, quiero ser Cristiana". Altiva y serena se dirigió con su amado a la
fuente de uno de los claros y de rodillas cruzó los brazos sobre el pecho. Almeida
cogió agua de la fuente vertiéndola sobre su cabeza y pronunció las palabras
sacramentales: "Yo te bautizo en el nombre del Padre, de el Hijo y del Espíritu
Santo...".
Los guerreros, sin embargo, espiaban toda la ceremonia y apenas habia
terminado esta y confirmada la traición de la ñusta, los asaetaron con cientos de
flechas. Almeida no terminó la frase, pero, herida de muerte, la llamó a los
sacerdotes, a los ancianos, al pueblo y les habló: "Muero tranquila, dichosa y
resignada, segura como creyente de Jesucristo de que mi alma inmortal se
remontará a los altos del cielo y llegará al trono de Dios, junto al cual estará mi
amado con quien permaneceré toda una eternidad. Si queréis que muera
tranquila, prometedme que enterraréis mi cadaver al lado del mi amado y
levantaréis sobre nuestra sepultura una cruz, la Cruz de los Cristianos".
Corrían los años 1540 y 1550 cuando Fray Rendón, evangelizador de Tarapacá y
Pica, llegó al Tamarugal para levantar en todas partes estandares de Cristo.
Cuando un día vió un arcoiris en el bosque de Tamarugos y encontró una Cruz
Cristiana toscamente hecha en un de los claros del bosque.
Impresionado por su hallazgo y habiendo oído la trágica historia de los amantes,
Fray Rendón vió en ella una especie de indicio del cielo, una llamada de
recuerdo de la Princesa Tirana del Tamarugal. Por eso se edificó una ermita que,
con el tiempo se convirtió en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de La
Tirana, pensando en el escapulario carmelita que llevaba Vasco de Almeida.
Dicha Iglesia se convirtió desde los primeros años de su consagración en asidua
romería de los naturales de los pueblos y sierras inmediatas.
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