Historietas sekai D # 1 | Page 45

Tenía mucha hambre así que Kike y Andrés me llevaron a un sitio cercano a comer, fue un momento muy relajante en el restaurante ya que el aire acondicionado calmó todo vestigio de agotamiento que pudiera tener.

Emprendimos nuestro regreso, una vez que estuvimos satisfechos y repuestos, entre risas y bromas caminábamos por la ciudad, el ruido de los autos me desconcentraba por instantes, la brisa hacía que mi cabello revoloteara por mi rostro, cuando por un segundo sentí que estaba en otro tiempo, otro lugar, mi mirada se desvió por el paso de alguien a mi lado.. era él, un chico de cabellos largos y oscuros de ojos alargados y tez pálida, todo fue un instante eterno, su aroma, la brisa jugando con nuestros alargados cabellos, al siguiente instante.. -Angeles despierta, estás un poco distraída-, me hablaban los muchachos, “cuidado con los escalones”, de inmediato un casi traspiés me hizo tambalear, mientras reaccionaba, ¿el chico era real? Me preguntaba, ya no estaba más.

Llegar de nuevo al torneo se me hizo eterno, sentía todo tan lento en mi cabeza, escuchaba todo tan lejos. Cuando me di cuenta ya estábamos en el lugar, me animó ver a más de mis amigos y bromear un buen rato, conocer nuevos chicos también fue parte agradable de ese día.

En medio de la muchedumbre intentaba ver las partidas del torneo, cuando al fin pude acercarme, para mi sorpresa un chico jugando , ¡tenía esa camisa de cuadros y el cabello largo!, él de espaldas y algo alejado, no sé por que giró, su mirada se cruzó de forma impactante con la mía, de frente, mis palabras “tu eres de ingeniería”, sus palabras “tu también”, no pude decir nada más, él jugaba y las personas detrás de mi buscaban mi atención.

Nuevamente entré en cuenta, la gente, el ruido, mis amigos bromeando, decidimos cambiarnos a una terraza más fresca al final del pasillo, el sol ya no era tan intenso, sino un atardecer fresco y con una brisa agradable, los chicos entre juegos y bromas me hacían sonreir de nuevo, era muy reconfortante.

Por un segundo me recosté del barandal mirando hacia el pasillo, entre la cantidad de gente pude notar su mirada buscando la mía, “que mirada tan extraña y profunda” pensé, “sé que lo he visto, debe ser de la universidad, debe ser de allí”.

iMagazine / April, 2013 9