A B
N E
G A
DA
Dedicación
Hoy Aurys y otras integrantes de su familia,
incluida su madre, deben combinar sus
obligaciones co�dianas con el cuidado de
su padre, quien es asis�do en prác�camente
todo, no camina por sus propios medios,
incluso se cayó cuando lo estaban apoyando
para que orinara y se le hizo una fisura en
la pierna que requirió cirugía; es necesario
bañarlo, no come por sí solo y esta es la tarea
más dispendiosa, porque él se niega a comer
y la familia no puede soportar que muera
de hambre; y cuidar su evacuación ya que
no controla es�nteres; todas estas labores
de cuidado la desarrollan con dedicación
abnegada las mujeres de la familia, porque
“los hombres pueden estar aquí pero no le
meten la mano a uno”.
Aurys reconoce que a veces, tal vez muy
pocas, le da rabia y más por su mamá:
“Porque se cansa, él no abre la boca y no
dice mucho porque no se le en�ende, si no
fuera porque uno lo a�ende a él ya no
estuviera vivo, porque él no come, no puede
comer…mi mamá con 79 años está cansada
de trabajar toda su vida y ahora atenderlo a
él, si fuera una persona mala con todo lo que
él le hizo, ya lo hubiera dejado”; pero a
Aurys no le cansa lidiarlo.
Sólo quisiera que en un futuro no muy lejano
las cosas se normalicen, si bien siente que
vive en condiciones ligeramente precarias,
quisiera tener una bonita casa, ver crecer a
sus nietos, que vayan a la universidad, que
sea doctores, que Dios le dé larga vida para
verlos profesionales y que los pueda cuidar
cuando la necesiten.