Gastronomía
Parras siempre será Coahuila y por eso en su cocina nunca faltaran los
cárnicos, el asado de puerco, la barbacoa y los tamales de pollo. Ahora
bien, no es cualquier lugar del estado, sino su “oasis” y ápice en la
mezcla de culturas y razas. Por esa razón es que el paladar de Parras
parece venir de todos lados, de la tradición indígena, de los inmigrados
europeos y del coloniaje español. Además, si se le agrega, la más añeja
tradición del vino del hemisferio para redondear la imagen de un lugar
que recupera sólo lo mejor de la gastronomía mestiza.
Paisaje Rural
La campiña de Parras de la Fuente está marcada por la invariable
presencia de nogales y vides salpicados de trigo, maíz, forrajes y
hortalizas. Sus condiciones geográficas han permitido que este lugar de
Coahuila contradiga al desierto erigiéndose vergel. Las sierras
circundantes le protegen de los abrasadores vientos desérticos y le
regalan agua en abundancia; de ahí la existencia de sus concurridos
balnearios. Durante la vendimia, en primavera y verano, su de por sí bella
estampa se agranda al empezar la cosecha.
Pueblo Mágico
El largo camino de la vid comenzó, en el continente americano, hacia
1597 en la ciudad de Parras de la Fuente, Coahuila. Fue entonces que se
estableció el viñedo que ahora se conoce como Casa Madero, cuna de los
mejores caldos del país. Esta legendaria tradición vinícola se conjugó con
su condición de vergel natural, origen de la textilería moderna mexicana,
fascinante caldero mezclador de razas inmigradas y autóctonas, y joya de
la historia viva para que fuese ascendida a la categoría de Pueblo Mágico
en 2004. A nadie le parece extraño.