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LA VOZ DEL PROGRESO - 17 de Febrero 1886
Se da por seguro que van a introducirse una serie de reformas en el edificio
Mercado de abastos en construcción, discutiéndose en la actualidad el orden
de preferencia que debe darse a cada una de ellas.
Nosotros creemos inútil toda discusión sobre el particular, porqué el Mercado
es indiscutible; lo que sí les aconsejaríamos, por creerlo una reforma de toda
urgencia para el público, que el rótulo de la fachada lateral donde dice: «Se
prohíbe la entrada», se añada, «SOHO pena de ser aplastado por los
escombros de esta casa» Con cuya sana advertencia, nadie puede llamarse a
engaño.
ACUERDOS - 25 de Febrero 1886
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Vista la instancia presentada por el Banco de Tortosa, solicitando que se
declare insuficiente el plazo de doce meses establecido para construir el
Mercado de que es concesionario y que se le otorgue una prórroga de otros
doce meses para terminar las obras.
Considerando que la epidemia colérica que invadió a esta ciudad el verano
último, no permitió dar a las obras el impulso necesario, el Ayuntamiento
acordó que el plazo de doce meses para construir el Mercado de que es
concesionario el Banco, que principió el 23 de Marzo de 1885 en que fue
aprobado el proyecto de reforma, se entiende prorrogado por doce meses mas,
que finalizará en igual día del próximo año 1887.
Siguiendo la norma del Acuerdo anterior (15 de Febrero) el Ayuntamiento
falsea los hechos. No solo no son reconocidos oficialmente los
hundimientos en las obras del Mercado, sino que para justificar de alguna
manera la prórroga solicitada por el Banco, se recurre a la pasada
epidemia colérica.
Si volvemos la vista atrás, comprobaremos que durante el tiempo que
duró el "cólera", ninguna noticia hallamos que haga temer un retraso en
las obras...
A mi juicio, el Ayuntamiento debería haber dicho: « Considerando el
derrumbe acaecido a primeros de este mes, el Banco de Tortosa, solicita
una prórroga…»
DIARIO DE TORTOSA - 25 de Febrero de 1886
Después de la campaña patriótica que hemos hecho relacionada con las malas
condiciones que rodean a la construcción del Mercado, la autoridad local, que a
nuestro juicio, además de un deber imperioso, tiene acción directa en el asunto,
no se ha tomado el menor interés para averiguar por medio de un detenido
examen facultativo, que grados de seguridad pueden ofrecer las obras que
quedan en pié, en dicha plaza de abastos.
Si aquí no se ejerciera la Alcaldía, en muchos casos, para prodigar, como
ahora, favoritismo y protección en pugna con los intereses públicos; si la
autoridad y el contratista no desviasen su conducta del camino que trazan sus
imprescindibles obligaciones, no presenciaríamos el curso de unas obras tan
defectuosos, ni a la vista de un eminente peligro, estaría amenazada Tortosa
de una hecatombe el día menos pensado.
Consignamos las precedentes líneas y hacemos estas consideraciones, por
haber sabido que estos días ha sido inspeccionado por un arquitecto de fuera
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