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EL ORDEN - 11 de Noviembre de 1888
Extractamos este comentario:
EN EL AYUNTAMIENTO
En la Sesión celebrada el lunes por el Ayuntamiento, se discutió el asunto a
que nos referimos en el artículo que bajo este mismo epígrafe, publicamos en
nuestro número anterior.
Aprobó la moción presentada y reducida a excitar el celo de la Alcaldía para
cumplimentar ciertos acuerdos referentes a una casa particular.
Como se ve, si algo hubo en el acuerdo de mortificante, lo fue exclusivamente
para el Alcalde, cuya falta de celo indirectamente se censuraba en el hecho de
verse el Ayuntamiento en el caso de excitarle.
Pero lo más singular del caso es que, a pesar de los días transcurridos, a la
hora presente, sábado a las diez de la mañana, la casa interesada no ha
recibido notificación alguna, de lo cual resulta, o que el Alcalde sigue en su falta
de celo, o que no cree que deba acceder a las excitaciones del concejal de la
moción, sin duda alguna porqué tendrá motivos fundados para ello.
En nuestro número anterior, decíamos: «No debe preocuparse el Diario; que en
el Ayuntamiento predominan sus amigos los fusionistas, y ya se irá enterando
de que el asunto, oído el interesado. se resolverá en contra de las iracundas
pretensiones del Secretario del Banco de Tortosa.»
Se extiende en una serie de consideraciones de relativo interés
actualmente, y añade:
Debemos antes de concluir, poner de manifiesto la elevada actitud de nuestro
querido amigo el Concejal de la minoría conservadora, ex-teniente de alcalde
D. Pío Isuar, quien sostuvo, con gran oportunidad, que el acuerdo excitando el
celo del Alcalde debía tomarse de un modo general y no particularizando a
persona determinada, y de nuestro amigo particular D. José Llatge, síndico en
el bienio que terminó el 1º de julio último, que sostuvo muy acertadamente la
misma opinión, votando ambos señores en contra de las apasionadas
pretensiones de D. Bernardo Sacanella.
El cual lleva al seno de la Corporación, sus exaltadas pasiones, sin duda
porqué, ante la actitud de las personas independientes, reclamando que la
recepción definitiva del Mercado se acuerde con arreglo a la ley y lo pactado, y
molestando a dichas personas, creerá captarse la voluntad y las simpatías de
sus superiores, que principian a comprender los perjuicios que puede irrogar a
su establecimiento de crédito, conservar en la secretaría un sujeto de tal índole,
que en cuestiones tan inoportunas, tan baladíes y tan ajenas a su ministerio
emplea el tiempo.

D. Bernardo Sacanella ha resuelto hacerse célebre.
Para ello, aprovecha su cargo de Concejal. Y asiste a las sesiones, y mete
barullo, y discute, y se desespera, y menea nerviosamente sus brazos, habla...
... y sus palabras salen perezosamente de sus labios y cuanto mas exaltado,
mas tardía su expresión.
Y tiene una especialidad: la de las cosas pequeñas.
Ahí está por ejemplo, el asunto del Mercado. Si se cumple lo prescrito en la
subasta, el Banco explotará por espacio de diez y nuevo años, el Mercado. Y
transcurrido este tiempo, Tortosa tendrá un ingreso anual de cinco o seis mil
duros.
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