nios azucareros. La tala sistemática sumada a las duras condiciones climáticas de los siglos
XVI al XVIII( Pequeña Edad Glacial) determinan que los ecosistemas de bosque desaparezcan o se vean gravemente afectados 35, diezmando a la fauna y alterando sus fuentes de alimentación. Así lo recoge el acta capitular de 22 de octubre de 1528, donde se acuerda pagar 200 maravedíes por cada lobo que se mate en el término municipal de Motril puesto que « había muchos lobos … que hacen mucho daño » 36. La situación se hace tan crítica que en 1673 sólo pudieron funcionar tres de los cinco ingenios de azúcar existentes en Motril por falta de combustible 37.
Simón de Rojas 38 cuantifica que en 1.779 la vega contaba con casi 60.000 marjales, de los que
30.000 se encuentran inutilizados por el río u ocupados por aneales. Se trata de una superficie similar a la existente a principios del siglo
XVI, cuyas zonas incultas se concentran en el entorno del cauce del río Guadalfeo, su desembocadura, que a finales del XVIII superaba los 500 metros, y su extensión hacia la actual playa de Poniente de Motril, como muestra la cartografía de mediados del siglo XVIII. Es a partir de este momento cuando parece que el proceso de transformación del delta en vega se acelera, pues se cuantifican a finales de este siglo del orden de 3.000 nuevos marjales transformados 39 mediante la técnica de las aguas sucias o entarquinado. En 1787 Manuel de Moñino describe la conexión definitiva del Peñón de Salobreña con tierra firme debido al aluviamiento del río. La crisis cañera que afecta a la zona a partir de este siglo encuentra, sin embargo, un nuevo relevo en la roza del monte y la deforestación: la minería del plomo en la sierra de Lújar, a cuyos hornos se destinan, incluso, moreros y olivos de la zona de Órgiva 40. A todo ello se une un nuevo factor de cambio en el paisaje: la epidemia de filoxera de 1880, que produce la sustitución de la vid por el almendro y el despoblamiento de las zonas rurales con destino esencialmente a Motril o a la emigración americana. El río Guadalfeo continúa su dinámica torrencial destruyendo la población de Pataura el 5 de enero de 1821. Para mediados del siglo XIX la superficie cultivada en la vega del Guadalfeo se aproxima a los
40.000 marjales 41.
Respecto de las sierras litorales y su fauna, diferentes autores muestran su evolución a partir del siglo XVI. Diego Hurtado de Mendoza 42
y Mármol Carvajal 43, así como otros documentos 44, describen las serranías de la Contraviesa y Lújar en el siglo XVI como tierras de grandes encinares, lentisco espino, adelfares, romerales, palmitos y alcornocales, donde abundan lobos, gatos monteses y ciervos. Para el siguiente siglo se aprecia una roturación importante, abundando el monte bajo que se roza para los hornos de los ingenios azucareros en las laderas de la sierra de Lújar, Gualchos y Pico del Águila, así como la tala de robles, chaparros, encinas, quejigos, pinos, algarrobos, álamos y chopos con destino a las plantaciones de viñas en
28
INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 28 05 / 01 / 2011, 10:22