Historia de Motril | Page 220

movimiento demográfico, casi ha desaparecido. También hemos de recordar que las posibilidades que dan las comunicaciones terrestres( carreteras en nuestro caso), junto con la realidad plausible de un clima benigno, con una escasa contaminación, está generando un paulatino movimiento demográfico hacia nuestro municipio y, en general, hacia la costa granadina.
Lógicamente, la presión urbanística y la especulación han llevado a un deterioro sustancial de ese paisaje, con los cambios, más o menos interesados o necesarios, de uso del suelo, cuando no nos encontramos con la simple construcción ilegal. Esta proliferación del urbanismo sin ningún tipo de planeamiento, que tanto ha abundado en el municipio, creemos, se ha convertido en el mayor problema que actualmente tiene la vega motrileña. Grupos ciudadanos como Buxus o Alborán tratan de contenerlo aunque con escaso éxito. Significativamente aquel bucólico paisaje de hace treinta o cuarenta años ha desaparecido. Desde luego, la incapacidad, la ignorancia o la simple dejadez de las autoridades correspondientes(¿ se puede hablar de connivencia?) tienen mucho que ver en esta situación; máxime si tenemos en cuenta que existen planeamientos de la ciudad y ordenamiento legislativo suficientemente concreto como para detener estas situaciones desde hace más de cuarenta años. No olvidemos, tampoco, que en esos años también ha desaparecido buena parte del entramado y fisonomía urbanos, junto con los edificios y elementos más significativos de nuestra historia. ¿ Qué intereses han movido a la realización de un planeamiento urbano para
100.000 personas en una ciudad que apenas sobrepasa la mitad?
A lo anterior se une que los nuevos planeamientos urbanísticos, que perpetúan a la ciudad como un centro estratégico basado en los servicios( al que posiblemente llegue el tren, promesa política decana de nuestra historia), suponen una destrucción de los espacios verdes que todavía subsisten. Y es que son actuaciones que, por ahora, se enmarcan en la destrucción de la vega, recurso económico poco rentable en la actualidad, en beneficio de establecer una extensa área residencial, que apuesta por el fomento del turismo. Este hecho, que en principio implica al territorio más cercano a la línea de costa que poseemos, cada vez va tomando más visos de convertirse, otra vez, en un urbanismo desaforado en el que la actual ciudad de Motril, incluso sus anejos, aseguren la demanda de viviendas de un amplio sector de población que apuesta por unas condiciones climáticas benignas. Y es que, si bien todavía no están resueltos los tradicionales problemas de carreteras que nos unan con el interior, la presencia de las autovías( vías rápidas de comunicación terrestre), hacia el 2010 y el
2015, hará que nuestra ciudad, en la práctica, se convierta ¿ en una ciudad-dormitorio?, ¿ en una lugar de residencia para la tercera edad europea? ¿ Estamos preparados para lo que se nos avecina? ¿ Disponemos de servicios e infraestructuras para ello? ¿ Es realmente necesaria esta orientación?
Por eso, desde los años ochenta de ese siglo
XX ya finiquitado, comienzan a surgir voces discrepantes con este modelo de desarrollo, con propuestas más adecuadas a la protección de un espacio y un entorno que, forzosamente, deben perdurar para esas generaciones venideras. Vemos cómo van surgiendo diversas actuaciones conservacionistas que, posiblemente sin ser la panacea, sí pueden asegurar, al menos en parte, el mantenimiento de un paisaje que desaparece. Aunque sería conveniente avanzar un poco más y, por parte de las autoridades correspondientes( municipales sobre todo), establecer un mayor compromiso que permita la estabilidad de un medio ambiente y la visión de un territorio tan cómodo para el ciudadano como respetuoso con la naturaleza. En los anales de nuestra historia local y del urbanismo español quede el referente de la charca de Suárez: un espacio calificado como urbano que, gracias a su labor, podemos disfrutar como espacio medioambiental protegido.
Al margen de estas perspectivas de futuro, la realidad de nuestra ciudad, o mejor dicho, de su vecindario, en los albores del siglo XXI, no se diferencia apenas de la de otras ciudades medias españolas, con una economía que, sustentada en las rentas del trabajo, el comercio, las pensiones, etcétera, permiten mantener una vida digna. Se observa, paralelamente, una mayor presencia de inversiones empresariales, sobre todo relacionadas con el sector servicios, aunque buena parte de ellas, aparentemente, proceden de capital foráneo.
La diversificación de la comercialización de los productos y la globalización de la economía podemos considerar que permiten tener a nuestra disposición casi cualquier producto al
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 220 05 / 01 / 2011, 10:25