Historia de Motril | Page 216

hasta ahora poco frecuentes y formarse( el que quiere) con ese abanico de opciones.
La sociedad motrileña, aunque todavía con cierta dependencia de esa presencia del campo, del hecho y la realidad agrarias, ya ve a la ganadería y la agricultura como algo secundario que, incluso, puede ser objeto de una exposición como esa Semana Verde. Y es que el cambio de dedicación del vecindario comienza a ser una realidad. El importante volumen de trabajo que demanda la Papelera, así como los servicios e industrias asociadas a la misma, es creciente. Pero lo más importante: la ciudad de Motril se presenta, cada vez más, como un gran centro de administración y servicios para el conjunto costero granadino.
Los últimos veinticinco años del siglo XX, como en el resto del territorio nacional tras la desaparición de la dictadura, con la muerte de Franco, significan un cambio sustancial en las formas y modelos sociales, políticos y económicos. La sociedad motrileña, como en cada rincón de España, sufre las convulsiones propias de esa transición política hacia la democracia. Una vez más, se observa cómo el Ayuntamiento, y los responsables de su administración, se convierten en los objetivos de las demandas de sus conciudadanos. Y es que, para bien o para mal, el cabildo motrileño, a lo largo de los siglos, ha sido el referente de la vida y de la economía de la ciudad, a diferencia de otros lugares.
Retomando lo que fue la transición política tenemos que recordar que, tras un periodo donde una gestora lleva las riendas de la institución municipal, los motrileños se decantan por un gobierno municipal dominado por los partidos de izquierdas. Algo que, tras casi cuarenta años de dictadura y tantos siglos de dominio de una clase dominante, supone, a priori, un cambio trascendente en las perspectivas de futuro de la ciudad. No olvidemos que, todavía en el entorno de 1975, la economía de buena parte del vecindario motrileño se sustentaba sobre las explotaciones y trabajos agrícolas. Serán momentos en los que se trata de buscar solución a los problemas endémicos del agro motrileño, a través del Ayuntamiento( peticiones de trabajo, vivienda, subvenciones, etcétera), con un ingrediente añadido: una vez más, el cultivo de la caña de azúcar entra en crisis. Se cierra la última fábrica azucarera del municipio, Nuestra Señora del Pilar, preámbulo de lo que será la desaparición de este cultivo a principios del siglo XXI con el cierre de la fábrica de La Caleta de Salobreña, Nuestra Señora del Rosario. Punto y final, posiblemente, a más de un milenio de historia agraria.( En nosotros queda perpetuar ese recuerdo para generaciones venideras y dejar constancia de su importancia a través de museos y publicaciones.
Por eso, las postrimerías de este siglo XX, tan cercano en la memoria para el conjunto de la población, no se pueden considerar como la finalización de los problemas de ese agro motrileño. La transformación paulatina de un buen número de terrenos de secano por espacios irrigados, gracias a la canalización de aguas y a la elevación de las cotas de riego, permite, en un principio, que ese paisaje siga considerándose agrario. Se extienden los plantíos de frutos subtropicales, con algunos siglos de tradición en nuestros campos( pero con un papel secundario frente a la caña de azúcar y a las hortalizas), convirtiéndose en el referente para el aprovechamiento y mejora agraria. Esto ha sido posible, también, por la fragmentación de la propiedad y la desaparición, casi por completo, de una propiedad de la tierra en manos de unos pocos, los propietarios fabriles. Las ventas de suelo agrícola que se suceden a lo largo del siglo XX van haciendo posible que parte del vecindario( una clase media acomodada) adquiera uno o varios trozos de tierra, en buena medida como inversión. En la mayoría de los casos, el desconocimiento de su
216
INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 216 05 / 01 / 2011, 10:25