Sin embargo, ella se negó y padeció la ira de la turba alejandrina. En uno de los crueles golpes perpetrados con martillos que sufrió perdió buena parte de sus dientes y los restantes le fueron arrancados como tortura.
Su perseverancia en defender la fe enojó más a sus atacantes y éstos la amenazaron con la hoguera pero Apolonia no se amilanó.
Momentos antes del final pidió a sus torturadores que le soltaran las manos y para sorpresa de los soldados, ella misma se lanzó al fuego (según San Agustín por deseo del Espítitu Santo) de la hoguera para no renunciar a su religión.
Dicen los escritos que mientras Apolonia estaba bajo el fuego espetó a los presentes que cuando sufrieran de problemas y dolencias dentales, invocaran su nombre, pues ella intercedería ante Dios para aliviar sus penas. Sin embargo, la leyenda no se queda ahí y asegura que Apolonia no se quemó y permaneció con vida dentro de la hoguera (protegida por Dios), razón por la que finalmente optaron por degollarla para darle muerte. 50 años después Apolonia se convirtió en Santa Apolonia ya que fue canonizada por su entrega y abnegación cristiana.
Desde entonces es a ella a quien se la invoca contra el dolor de muelas y es considerada como la patrona de las enfermedades dentales al tiempo que de los odontólogos.
Día del Dentista en México
9 de febrero
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