Acería
En los accidentes fatales descritos anteriormente, y en mu-
chos otros documentados también, existe un denominador
común: El agua se filtra en un horno caliente en grandes
cantidades, se sobrecalienta y produce una violenta explo-
sión de vapor. Para entender como esto ocurre, primero
es necesario ver cómo ha evolucionado la tecnología de
enfriamiento del EAF con el tiempo.
Los EAFs antiguos utilizaban revestimientos de ladrillos
refractarios para ayudar al horno a soportar temperaturas
de operación extremadamente altas. Aunque los ladrillos
no se derretían, tendían a romperse a medida que los hor-
nos comenzaron a funcionar a capacidades más altas con
temperaturas y presiones mucho más altas, y con el uso adi-
cional de energía química como suplemento.
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Cómo se producen las explosiones de vapor en los EAFs
La solución era proteger las bóvedas de los EAFs y otros
componentes con un sistema de paneles tubulares con
agua a alta presión bombeada a través de ellos para pro-
porcionar enfriamiento. La mayor parte de los sistemas
tubulares utilizados para enfriar las corazas y las bóvedas
de los EAFs consisten en una estructura de soporte exter-
no o “araña” que funciona como cabezales de suministro
y retorno de agua de enfriamiento, con una disposición
de múltiples paneles de tubo colgados en el interior de la
araña. Aunque el agua presurizada es un enfriador eficaz,
causa muchos problemas cuando se producen fugas - una
ocurrencia bastante regular en hornos sujetos a mucho es-
trés.
La mayoría de las fugas comienzan como pequeñas grie-
tas causadas por la fatiga térmica que es inherente a fabri-
caciones con mucha soldadura la cual es requerida para
construir estos paneles. Otras causas de fugas son golpes
de arco errantes en el equipo de enfriamiento o la perfora-
ción mecánica durante la operación, en cuyo caso un gran
volumen de agua podría entrar al horno rápidamente ya
que los paneles operan a altas presiones.
El agua que entra al horno no producirá por sí misma
una explosión si se asienta encima del acero fundido y hier-
ve. El problema suele ocurrir durante la operación normal
de fabricación de acero cuando el horno se inclina para
verter acero o impurezas. Esta acción puede hacer que el
metal derretido de la fusión encapsule el agua, convirtién-
dolo inmediatamente en vapor. Entonces, se expande a
más de 1,700 veces su volumen original, generando una
explosión violenta que puede volar la bóveda de un horno
y disparar vapor, acero fundido y escombros a cientos de
metros de distancia, poniendo en peligro a las personas y
los equipos.
El método principal para evitar las explosiones con sis-
temas tubulares ha sido instalar un sistema electrónico de
monitoreo para medir el contenido de agua del gas de es-
cape y detectar irregularidades.
Varias agencias estadounidenses están preocupadas por
el tema de las explosiones de los EAFs, entre ellas la Ad-
ministración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA,
por sus siglas en inglés), la Asociación Nacional de Pro-
tección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés),
CSB y grupos industriales como la Asociación Tecnológi-
ca del Hierro y el Acero (AIST, por sus siglas en inglés) y
la Sociedad Americana de Fundidores. En 2013, cuando
el CSB publicó su informe final sobre la investigación de
Carbide Industries, CSB pidió que se elaborara una norma
que “proporcionará orientación a la industria sobre la ma-
nejo seguro de procesos peligrosos que de otro modo no
estarían regulados por otras normas de seguridad, como
el Programa de Gestión de la Seguridad de Procesos (PSM
por sus siglas en inglés) de OSHA”. Sin embargo, en este
momento ninguna industria o grupo regulador está enca-
bezando un programa o estándar de seguridad dirigido al
problema específico de las explosiones de hornos de arco
eléctrico.
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