Hierro y Acero Edicion 66 | Page 26

aist Todos somos uno Me permito tomar este espacio y aprovechar la edición de la  revista para agradecer a todos los miembros, amigos y grandes colaboradores de la AIST México, que admirablemente nos donan su valioso tiempo para llevar a cabo y organizar las diferentes actividades que esta Asociación realiza: Y recordarles a todos lo importante que es su participación, por medio de esta hermosa reflexión: Luis, que regularmente asistía a las reuniones de un determinado grupo, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades. Después de algunas semanas, una noche muy fría Pedro, el líder de aquel grupo, decidió visitarlo. Encontró a Luis en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, Luis,  dio la bienvenida a Pedro, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando una pregunta. Se hizo un grave silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban. Al cabo de algunos minutos Pedro, sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas. Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil después de solicitar permiso para fumarse una pipa. Luis  prestaba atención a todo, fascinado pero inquieto. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente. En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto por una leve capa de ceniza. Muy pocas palabras se dijeron después del saludo entre los dos amigos. Pedro,  antes de prepararse para salir, con las tenazas blandió el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. De inmediato la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno suyo. Cuando Pedro se dirigió a la puerta para retirarse,  Luis le dijo gracias por tu visita y por tu bellísima lección, regresaré al grupo. ¡ Te veo Pronto ! Esperamos verlos pronto como miembros activos de AIST Capítulo México, y que en conjunto logremos que la aportación de cada uno de nosotros se convierta en una inmensa luz de guía para las futuras generaciones. ¡Únanse al comité de su preferencia y contribuyan al desarrollo de la industria Acerera en México! Myrna Molina AIST México A.C. Para registrarse como miembros o renovar su membresía: https://www.aist.org/membership/membership-application-mexico favor de elegir membresía dual, cuyo total a pagar es de USD 104.00 www.aistmexico.org,mx   26 HIERRO yACERO/AIST MÉXICO