Manos de trapo Ica Moraza
Cuando mamá le dijo que tenía las manos de trapo , sus muñecas perdieron consistencia , convirtiéndose en una costura enclenque que le une el brazo a la palma . Los dedos le cuelgan alargados como si fueran cinco péndulos a merced del codo y un saludo es el gesto más ridículo que puede imaginar .
Al principio intentó seguir como si nada hubiera cambiado , pero no le resulta sencillo atarse los cordones o ponerse las gafas , así que camina con los zapatos a rastras y los ojos encogidos para ver mejor . Se pasa varios días con la misma ropa y alguna vez la he visto practicando caricias . Ha adelgazado bastante y ya nunca lleva coletas . Cuando alguien le pide ayuda siempre dice que lo siente mucho , pero que tiene las manos de trapo . Mira para otra parte y se va de allí .
En sueños carga con grandes montones de libros y pasa sus hojas una a una , sin amontonarse , o unta una capa fina de mantequilla sobre un pan tostado .
Cuando intenta limpiar el polvo a su colección de escarabajos terminan todos por el suelo , devueltos a la vida por unos minutos . Se ríe cuando le digo que el pelotero es el que más ha rodado mientras lo vuelvo a meter en la caja .