El equipo real no estaba jugando fútbol, era tan descontrolado que parecía que unos jugaban canicas, otros al trompo, y uno que otro matatena. Sin embargo, un cambio estratégico en la formación marcó la diferencia, puesto que no tardaron mucho en emparejar el marcador, 4 a 5 terminaba el primer tiempo a favor del Real Reporting.
El partido se concordó en dos tiempos de 25 minutos cada uno (Tiempo suficiente para cansar a un 75% de los jugadores… hasta la muerte, o bueno, casi hasta la muerte).
Pasados los primeros 8 minutos del primer tiempo, el equipo de Torpedos F.C., con una delantera potente y sólida que abría el marcador, dándole entrada a “su majestad el gol”. Pocos minutos después, la ventaja ya era notable, 3 goles a 0 en favor de Torpedos en el primer tiempo, 10 minutos antes de acabarse éste mismo.
Entre bebidas energéticas, agua natural y “agua de cebada” los jugadores se dieron un aliento, de pocos minutos, pero vitales. La tensión ya no era la misma, y la confianza por ganar el partido incrementaba entre los dos equipos.
El segundo tiempo fue más reservado en cuanto a goles, pero igual de intenso; los músculos ya le fallaban a la mayoría, pero la pasión movía las entrañas de los jugadores y les hacía caminar como a los zombies en pleno verano en la playa.
El marcador terminó con un 6 – 5, pero ahora a favor del equipo de Real Reporting y esto concluiría en un 11 a 11 en el global final de los dos partidos.
Y como en toda jornada laboral, después de un arduo esfuerzo bajo el sol, salen (como salidas de la tierra) las bebidas refrescantes con espuma y sabor a lúpulo para festejar.
La reunión salió justo como se esperaba, dentro de un ambiente familiar y amigable, bajo un sol que quemaba.