Lic. Enrique Martínez y Morales
Es director de United Alliance Group,
forma parte de la empresa EFM Capital
LO QUE SALAMANCA NO PRESTA
L
a popular frase en latín y tallada en
piedra “Quod natura non dat, Sal-
mantica non praestat” da la bien-
venida a los estudiantes de las es-
cuelas pertenecientes a la Universidad de
Salamanca, institución con gran prestigio
académico. Es atribuida a Miguel de Una-
muno, escritor hispano y rector de esa casa
de estudios a principios del siglo pasado. Su
traducción textual es: “Lo que la naturaleza
no da, Salamanca no lo presta”.
El significado del proverbio anterior es
profundo. No solo otorga una excusa a la
Universidad en caso del fracaso académi-
co o profesional de alguno de sus alumnos,
sino valida la teoría de que las personas no
nacen iguales y llegan a este mundo con
intelectos diferenciados. La escuela no es
capaz de proveer inteligencia, memoria y
aptitudes cognoscitivas, son herramientas
con las que ya se tiene que contar.
Muchas otras cosas tampoco son apren-
didas en la escuela, como los valores, los
modales, los buenos hábitos, la capacidad
de comunicación, la conciencia moral y el
amor por la vida, propia y ajena. Éstas de-
ben ser inculcadas en casa, en el seno fa-
miliar.
Si los padres fallan en proporcionar esos
atributos, no quiere decir que sus hijos se
volverán invariablemente en delincuentes.
No. Conozco muchas personas exitosas,
en lo personal y en lo profesional, proce-
dentes de familias disfuncionales. Sin em-
bargo, sí es un factor causal. “Es una razón
necesaria, mas no suficiente”, como suele
decirse.
En su libro Rampage, Katherine S. New-
man estudia los factores promotores de los
tiroteos efectuados por estudiantes en sus
escuelas y lugares públicos, encontrando
cinco causas.
La primera es un sentimiento de margi-
nación y exclusión por parte del menor en
sus grupos de pertenencia.
La segunda es de origen médico y pro-
ducto de un mal congénito. Los jóvenes
que han cometido atrocidades con armas
suelen padecer trastornos psicológicos in-
natos.
La tercera tiene que ver con la informa-
ción que recibe la persona y el ambiente
en el que se desenvuelve, lo que lo lleva a
generar filias y fobias, como la admiración
a algún asesino serial o el odio a los miem-
bros de cierto grupo étnico.
La cuarta es la falta de atención de los
padres, incapaces de detectar la presencia
de los tres desequilibrios anteriores en sus
hijos. No es fácil, pero una relación cerca-
na y cálida con ellos es indispensable para
encontrar los compartimientos anómalos.
La quinta es la posibilidad de disponer
de un arma con facilidad. Este es un tema
delicado y controversial, callejón sin salida
donde terminan las discusiones cuando se
presentan acontecimientos de esta natu-
raleza.
Nos duele y entristece cuando algún
miembro de la sociedad atenta contra su
vida y la de personas inocentes, sobre todo
cuando es un niño. No podemos culpar al
gobierno ni a las escuelas, evitar que vuel-
va a suceder es responsabilidad colectiva,
sobre todo de los padres. Las muestras de
cariño hacia los hijos son insustituibles, la
presencia permanente en sus vidas no es
subrogable y su educación esencial no es
delegable, ni si quiera en Salamanca.
FEBRERO 2020
_ HUMAN CAPITAL : 5