HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 73
serpenteantes y colinas de color verde oscuro.
Se oyó un golpe en la puerta del compartimiento, y entró el muchacho de
cara redonda que Harry había visto al pasar por el andén nueve y tres cuartos.
Parecía muy afligido.
—Perdón —dijo—. ¿Por casualidad no habréis visto un sapo?
Cuando los dos negaron con la cabeza, gimió.
—¡La he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!
—Ya aparecerá —dijo Harry.
—Sí —dijo el muchacho apesadumbrado—. Bueno, si la veis...
Se fue.
—No sé por qué está tan triste —comentó Ron—. Si yo hubiera traído un
sapo lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he
traído a Scabbers, así que no puedo hablar.
La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron.
—Podría estar muerta y no notarías la diferencia —dijo Ron con disgusto—
. Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo
no funcionó. Te lo voy a enseñar, mira...
Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada. En algunas partes
estaba astillada y, en la punta, brillaba algo blanco.
—Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos... Acababa de
coger la varita cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había
regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él. La muchacha ya
llevaba la túnica de Hogwarts.
—¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno —dijo. Tenía voz de
mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.
—Ya le hemos dicho que no —dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba.
Estaba mirando la varita que tenía en la mano.
—Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.
Se sentó. Ron pareció desconcertado.
—Eh... de acuerdo. —Se aclaró la garganta—. «Rayo de sol, margaritas,
volved amarilla a esta tonta ratita.»
Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris
como siempre.
—¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado? —preguntó la niña—.
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