HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 68
—Te prohíbo que le preguntes, Fred. No, no te atrevas. Como si necesitara
que le recuerden algo así en su primer día de colegio.
—Está bien, quédate tranquila.
Se oyó un silbido.
—Daos prisa —dijo la madre, y los tres chicos subieron al tren. Se
asomaron por la ventanilla para que los besara y la hermanita menor comenzó
a llorar.
—No llores, Ginny, vamos a enviarte muchas lechuzas.
—Y un inodoro de Hogwarts.
—¡George!
—Era una broma, mamá.
El tren comenzó a moverse. Harry vio a la madre de los muchachos
agitando la mano y a la hermanita, mitad llorando, mitad riendo, corriendo para
seguir al tren, hasta que éste comenzó a acelerar y entonces se quedó
saludando.
Harry observó a la madre y la hija hasta que desaparecieron, cuando el
tren giró. Las casas pasaban a toda velocidad por la ventanilla. Harry sintió una
ola de excitación. No sabía lo que iba a pasar... pero sería mejor que lo que
dejaba atrás.
La puerta del compartimiento se abrió y entró el menor de los pelirrojos.
—¿Hay alguien sentado ahí? —preguntó, señalando el asiento opuesto a
Harry—. Todos los demás vagones están llenos.
Harry negó con la cabeza y el muchacho se sentó. Lanzó una mirada a
Harry y luego desvió la vista rápidamente hacia la ventanilla, como si no lo
hubiera estado observando. Harry notó que todavía tenía una mancha negra en
la nariz.
—Eh, Ron.
Los gemelos habían vuelto.
—Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren, porque Lee Jordan tiene
una tarántula gigante y vamos a verla.
—De acuerdo —murmuró Ron.
—Harry —dijo el otro gemelo—, ¿te hemos dicho quiénes somos? Fred y
George Weasley. Y él es Ron, nuestro hermano. Nos veremos después,
entonces.
—Hasta luego —dijeron Harry y Ron. Los gemelos salieron y cerraron la
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