HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 209
—Ah, bueno, me alegro de que me preguntes eso. Fue una de mis más
brillantes ideas y, entre tú y yo, eso es decir mucho. Sabes, sólo alguien que
quisiera encontrar la Piedra, encontrarla, pero no utilizarla, sería capaz de
conseguirla. De otra forma, se verían haciendo oro o bebiendo el Elixir de la
Vida. Mi mente me sorprende hasta a mí mismo... Bueno, suficientes
preguntas. Te sugiero que comiences a comer esas golosinas. Ah, las grageas
de todos los sabores. En mi juventud tuve la mala suerte de encontrar una con
gusto a vómito y, desde entonces, me temo que dejaron de gustarme. Pero
creo que no tendré problema con esta bonita gragea, ¿no te parece?
Sonrió y se metió en la boca una gragea de color dorado. Luego se
atragantó y dijo:
—¡Ay de mí! ¡Cera del oído!
La señora Pomfrey era una mujer buena, pero muy estricta.
—Sólo cinco minutos —suplicó Harry
—Ni hablar.
—Usted dejó entrar al profesor Dumbledore...
—Bueno, por supuesto, es el director, es muy diferente. Necesitas
descansar.
—Estoy descansando, mire, acostado y todo lo demás. Oh, vamos, señora
Pomfrey..
—Oh, está bien —dijo—. Pero sólo cinco minutos.
Y dejó entrar a Ron y Hermione.
—¡Harry!
Hermione parecía lista para lanzarse en sus brazos, pero Harry se alegró
de que se contuviera, porque le dolía la cabeza.
—Oh, Harry; estábamos seguros de que te... Dumbledore estaba tan
preocupado...
—Todo el colegio habla de ello —dijo Ron—. ¿Qué es lo que realmente
pasó?
Fue una de esas raras ocasiones en que la verdadera historia era aún más
extraña y apasionante que los más extraños rumores. Harry les contó todo:
Quirrell, el espejo, la Piedra y Voldemort. Ron y Hermione eran muy buen
público, jadeaban en los momentos apropiados y, cuando Harry les dijo lo que
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