HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 176

Un movimiento en los árboles detrás de Ronan hizo que Hagrid levantara de nuevo su ballesta, pero era sólo un segundo centauro, de cabello y cuerpo negro y con aspecto más salvaje que Ronan. —Hola, Bane —saludó Hagrid—. ¿Qué tal? —Buenas noches, Hagrid, espero que estés bien. —Sí, gracias. Mira, le estaba preguntando a Ronan si había visto algo extraño últimamente. Han herido a un unicornio. ¿Sabes algo sobre eso? Bane se acercó a Ronan. Miró hacia el cielo. —Esta noche Marte brilla mucho —dijo simplemente. —Eso dicen —dijo Hagrid de malhumor—. Bueno, si alguno ve algo, me avisáis, ¿de acuerdo? Bueno, nosotros nos vamos. Harry y Hermione lo siguieron, saliendo del claro y mirando por encima del hombro a Ronan y Bane, hasta que los árboles los taparon. —Nunca —dijo irritado Hagrid— tratéis de obtener una respuesta directa de un centauro. Son unos malditos astrólogos. No se interesan por nada más cercano que la luna. —¿Y hay muchos de ellos aquí? —preguntó Hermione. —Oh, unos pocos más... Se mantienen apartados la mayor parte del tiempo, pero siempre aparecen si quiero hablar con ellos. Los centauros tienen una mente profunda... saben cosas... pero no dicen mucho. —¿Crees que era un centauro el que oímos antes? —dijo Harry. —¿Te pareció que era