HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 155
—Te prevengo, Malfoy... Una palabra más...
—¡Ron! —dijo de pronto Hermione—. ¡Harry...!
—¿Qué? ¿Dónde?
Harry había salido en un espectacular vuelo, que arrancó gritos de
asombro y vivas entre los espectadores. Hermione se puso de pie, con los
dedos cruzados en la boca, mientras Harry se lanzaba velozmente hacia el
campo, como una bala.
—Tenéis suerte, Weasley, es evidente que Potter ha visto alguna moneda
en el campo —dijo Malfoy
Ron estalló. Antes de que Malfoy supiera lo que estaba pasando, Ron
estaba encima de él, tirándolo al suelo. Neville vaciló, pero luego se encaramó
al respaldo de su silla para ayudar.
—¡Vamos, Harry! —gritaba Hermione, subiéndose al asiento para ver bien
a Harry, sin darse cuenta de que Malfoy y Ron rodaban bajo su asiento y sin oír
los gritos y golpes de Neville, Crabbe y Goyle.
En el aire, Snape puso en marcha su escoba justo a tiempo para ver algo
escarlata que pasaba a su lado, y que no chocó con él por sólo unos
centímetros. Al momento siguiente Harry subía con el brazo levantado en gesto
de triunfo y la mano apretando la snitch.
Las tribunas bullían. Aquello era un récord, nadie recordaba que se hubiera
atrapado tan rápido la snitch.
—¡Ron! ¡Ron! ¿Dónde estás? ¡El partido ha terminado! ¡Hemos ganado!
¡Gryffindor es el primero! —Hermione bailaba en su asiento y se abrazaba con
Parvati Patil, de la fila de delante.
Harry saltó de su escoba, a centímetros del suelo. No podía creerlo. Lo
había conseguido... El partido había terminado y apenas había durado cinco
minutos. Mientras los de Gryffindor se acercaban al terreno de juego, vio que
Snape aterrizaba cerca, con el rostro blanco y los labios tirantes. Entonces
Harry sintió una mano en su hombro y, al darse la vuelta, se encontró con el
rostro sonriente de Dumbledore.
—Bien hecho —dijo Dumbledore en voz baja, para que sólo Harry lo
oyera—. Muy bueno que no buscaras ese espejo... que te mantuvieras
ocupado... excelente...
Snape escupió con amargura en el suelo.
Un rato después, Harry salió del vestuario para dejar su Nimbus 2.000 en la
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