HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 147
ahí ¿Qué importa si no te ven? ¿Y si tropiezan contigo? ¿Y si chocas con algo?
—Pareces Hermione.
—Te lo digo en serio, Harry, no vayas
Pero Harry sólo tenía un pensamiento en su mente, volver a mirar en el
espejo. Y Ron no lo detendría.
La tercera noche encontró el camino más rápidamente que las veces
anteriores. Andaba más rápido de lo que habría sido prudente, porque sabía
que estaba haciendo ruido, pero no se encontró con nadie.
Y allí estaban su madre y su padre, sonriéndole otra vez, y uno de sus
abuelos lo saludaba muy contento. Harry se dejó caer al suelo para sentarse
frente al espejo. Nadie iba a im pedir que pasara la noche con su familia. Nadie.
Excepto...
—Entonces de vuelta otra vez, ¿no, Harry?
Harry sintió como si se le helaran las entrañas. Miró para atrás. Sentado en
un pupitre, contra la pared, estaba nada menos que Albus Dumbledore. Harry
debió de haber pasado justo por su lado, y estaba tan desesperado por llegar
hasta el espejo que no había notado su presencia.
—No... no lo había visto, señor.
—Es curioso lo miope que se puede volver uno al ser invisible —dijo
Dumbledore, y Harry se sintió aliviado al ver que le sonreía—. Entonces —
continuó Dumbledore, bajando del pupitre para sentarse en el suelo con
Harry—, tú, como cientos antes que tú, has descubierto las delicias del espejo
de Oesed.
—No sabía que se llamaba así, señor.
—Pero espero que te habrás dado cuenta de lo que hace, ¿no?
—Bueno... me mostró a mi familia y...
—Y a tu amigo Ron lo reflejó como capitán.
—¿Cómo lo sabe...?
—No necesito una capa para ser invisible —dijo amablemente
Dumbledore—. Y ahora ¿puedes pensar qué es lo que nos muestra el espejo
de Oesed a todos nosotros?
Harry negó con la cabeza.
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