Hace veintidós años que nació un pequeño príncipe cuyo nombre nadie podía pronunciar así que era conocido por el seudónimo Dyrroth. Toda su infancia vivía increíbles aventuras desde construir una nave espacial en donde cada noche esperaba encontrarse con un extraterrestre para llamarlo Ami hasta crear un grupo de guerreros que luchaban por la justicia siendo él, claramente, el líder. Ahí nació su vocación para proteger a las personas que reciben injusticias porque él jamás se rendiría en hacer lo necesario para castigar a quienes lo merecen.
Además, no todos sabían su secreto: era un mago.
Sin embargo, así como todo príncipe en busca de encontrar a su otra mitad, había decidido rendirse por un tiempo después de besar tantos sapos feos y que nunca se convirtieran en un apuesto prínicipe, al contrario, lastimaban su bello corazón.
Así es como inicia un viaje que lo único que se permitiría hacer era divertirse, diciéndole adiós a todo aquello que se llamara amor, pero no contaba que se encontraría un chico con el corazón roto en medio de su camino.