habitissimo | página 117
cimos el refugio en una semana, en junio o julio”,
confirma. La rapidez de su ejecución responde
a la utilización de materiales prefabricados, una
técnica que el arquitecto defiende porque “per-
mite fabricar en taller, garantiza la calidad del
material y agiliza los procesos”. Para ello, Bun-
yesc también se valió de los materiales de la
zona. Las maderas usadas son de allí y la base de
la casa está compuesta por una cajón lleno de
piedras que recogieron de los alrededores, “más
que como cimentación es para que no se hunda
el terreno, para que el viento no se la lleve”, ex-
plica Bunyesc. “Así también es un proceso rever-
sible; el día que se desmonten las piezas se pue-
den quedar porque forman parte del paisaje”.
A pesar de la innegable estética de este pe-
queño refugio, sus formas no se pliegan al ca-
pricho del diseño, sino al de la naturaleza. “Su
forma está determinada por el lugar y por el
clima”, explica el arquitecto. Hay una prominen-
te fachada orientada hacia el sur con ventanas
para que le dé el sol; las placas están bastante
inclinadas para que se caiga la nieve; su aerodi-
námica se ha hecho pensando en la dirección
del viento. Se ha observado y escuchado la
naturaleza para conseguir un auténtico refugio
pasivo. Y supone un ejemplo, quizá el primero
de muchos, de cómo eficiencia, sostenibilidad y
diseño pueden ayudar a que vuelva el oso pardo
a los Pirineos.