Habitissimo Invierno 2019 | Page 44

habitissimo | página 42 En el verano de 2011, la cantante Zahara llamó a un grupo de músicos y se fue hasta Banyeres del Penedès, en Tarragona. Allí, en una torre de defensa de una edificación medieval del siglo XII, cogieron sus guitarras, ella su voz, y la música hizo el resto. En La Casa Murada, que así es como se llama esta masía, Zahara grabó su primer trabajo fuera de la grandes compañías discográficas, La pareja tóxica. “Una de las cosas que me hicieron fijar en este lugar es que es un estudio residencia, permite tener horarios libres y para la grabación de música y crear un ambiente relajado es muy positivo; había noches que, después de cenar, relajados, riendo, con el vino de la cena, hacíamos una sesión en directo y nos quedaba un temazo”, cuenta la cantante. Un entorno arquitectónico de piedra que puso los cimientos de una nueva etapa de éxitos que se alarga ya más de siete años. Porque la vida personal y profesional de Zahara (Úbeda, Jaén, 1983) podría asemejarse a la construcción de un rascacielos: estructura sólida y cristal en la fachada que demuestra que su transparencia es tan férrea como el hormigón que la suje- ta. Su trayectoria como cantante y también a nivel personal parece siempre estar unida a un edificio, a un espacio. Su último trabajo –el octavo de su carrera–, Astronauta, también tuvo su desarrollo en un estudio residencia similar a la mítica La Casa Murada, pero esta vez en Gales, bajo la dirección y producción de Matthew Twaites y durante dos semanas. “El entorno a la hora de grabar un disco es esencial. En mi último trabajo estábamos muy relajados, teníamos incluso cocineros que se encargaban de todo. Aún recuerdo los de- sayunos en su patio, en pleno mes de julio, cargando energía para después ir al estudio a grabar”, explica. Este último trabajo de Zahara tiene mucho que ver con aquel La pareja tóxica, cierra un ciclo o, más bien, retorna a lo que funcionó hace tiempo, pero que en este momento se pre- senta más serena y madura. “Con el paso de los años, parece que siempre regreso a los mismos lugares que me hicieron feliz en su día, pero no solo físicos, también a los emociona- les. Astronautas es un trabajo que bebe de los recuerdos de haber pasado por otros espacios para después poder crear un nuevo camino”, reflexiona. La ubetense disfruta ahora de su consolidación como artista, más allá de sus más de 135.000 seguidores en Instagram. Más de 15 mudanzas Desde que a los 12 años compusiera su primera canción, Una palabra, y tras estudiar jazz y pasar por infinidad de locales de toda la geografía española, con su guitarra a cuestas y como parte de esa generación de mujeres autoras que irrumpió de repente en la música patria, entre las que está Anni B Sweet, Alondra Bentley o Russian Red, Zahara no ha hecho más que subir plantas de su torre particular. “He vivido en Granada, en Barcelona y ahora en Madrid, y aquí me quedo; esta ciudad En casa de