Habitissimo Invierno 2019 | Page 119

habitissimo | página 117 Mientras sus compatriotas seguían apostando por la tra- dición escandinava, que apostaba por los muebles de made- ras nobles fabricados a mano, Panton prefirió experimentar con otros materiales y procesos innovadores. Sus creaciones partían del plástico, el plexiglás, el acero, la fibra de vidrio o los tejidos sintéticos; se empapaban de color y se producían en masa. En Verner Panton, el libro monográfico editado por Phan- don, Ida Engholm y Anders Michelsem, profesores asociados de la Royal Danish Academy of Fine Arts y la Universidad de Copenhague respectivamente, describen al diseñador como “menos danés” que el resto de sus colegas con los que com- partía nacionalidad. Concebía sus creaciones con el mismo sentido práctico y concreto que definía a los muebles de tra- dición escandinava, pero poco más. Lo usual no iba con Panton y ser tildado como enfant te- rrible en el mundo del diseño no le achantaba. Al contrario, le alentó para seguir haciendo virtud de lo peculiar. «Un experi- mento poco exitoso es mejor que un hermoso tópico», alegó en alguna ocasión. La crítica se lo agradeció alzándole a la categoría de pionero del diseño y a sus futuristas creaciones como iconos de la cultura pop. Sus mesas, sillas o lámparas transcendieron a su utilidad. Los límites entre diseño, arte e intervención no estaban cla- ros en la mente de Panton; o seguramente sí, solo que él pre- fería ignorarlos. Lo hizo, entre otro diseños, con Living Tower o con las Flying Chairs, demostrando que aún había margen para explorar en torno a las maneras de sentarse y de sociali- zar en el salón de una casa o de un establecimiento público. Verner Panton tenía como único propósito, según afirmó, “que la gente usase su imaginación”; y varias décadas des- pués del alumbramiento de sus piezas más emblemáticas podemos asegurar que logró su objetivo.