para
que
cosechemos
matas buenas y no mala
hierba; por otro lado debe
promoverse
la
investigación, el constante
deseo de aprender, el
habito de la lectura, donde
se invite al futuro Abogado
al viaje maravilloso de las
letras, que lea no solo de la
profesión, que lea todo tipo
de literatura enriquecedora,
pues al fin de cuentas el
Derecho se relaciona con
todo.En cuanto a la metodología
de cátedra, es inconcebible
en la actualidad una clase
en la que el docente
creyendo saberlo todo, dicte
cátedra, convirtiéndose en
una tortura de monologo
donde el estudiante se
siente como un recipiente
vacío donde se deposita
conocimiento del único que
“sabe” que es su “profesor”,
la clase debe ser un
ambiente
agradable,
relajado, donde se pueda
discutir, dialogar, investigar,
abordar, disentir en un alto
nivel los temas Jurídicos,
utilizar el dialogo constante
y la participación activa del
estudiante
para
sacar
conclusiones, precisamente
el docente no debe esperar
que los estudiantes estén
de acuerdo con él, sino que
se “discuta” en el sentido
académico y jurídico, esa
“discusión”
enriquece,
genera aprendizaje, motiva
e invita; caso contrario los
docentes
estarían
impartiendo un “refrito” de lo
que ya se sabe, de lo que
ya
han
dicho
otros,
equivalente a leer un libro
de texto anti