simula la existencia de un
amante para despertar los
celos
de
su
marido,
simulación que desemboca
en un hecho fatal. Quien
pudo saber que lo hecho
por
su
mujer
era
simplemente para despertar
la llama en una relación
monótona que buscaba ser
reavivada por la esposa
misma, al buscar una
reacción de su marido;
además el marido no sabía
que dicha situación era
simulada.
Viendo estos puntos de
vista podremos concluir que
no siempre la víctima es la
“victima” en los casos, y el
victimario
puede
ser
“victima”
ante
las
provocaciones que puedan
realizarle.