El Dios Epimeteo comenzó creando los animales. Les dio características como el valor, la fuerza, la rapidez, además de características físicas como patas o pelo para poder sobrevivir. Tenía que crear un ser que fuera superior a los demás pero no sabía qué hacer, así que recurrió a Prometeo para ver si podía ayudarlo a modelar a los hombres.
Prometeo tuvo la solución. Decidió abastecer a los seres humanos de una forma mucho más noble dándoles la capacidad de andar parados en dos piernas. Además, les otorgó la capacidad de trabajar y construir, así como también les enseñó a domesticar a los animales y a recoger los frutos de la tierra. Como seguían siendo débiles, Prometeo robó el fuego para ayudarlos.
Sin embargo, no todos lo vieron tan beneficioso. Zeus se enfureció ante tal decisión, ya que les había dado un elemento que se consideraba sagrado, el fuego. Para darle una lección, encargó a su hijo Hefesto que crease a partir de arcilla a la primera mujer. Su nombre sería Pandora. A ella se le otorgaron todos los tributos y valores imaginables. Se le ofreció a Prometeo como esposa pero la rechazó debido a que sintió desconfianza de un regalo hecho por sus enemigos, así que fue ofrecida a su hermano. Ella le ofreció una caja que le había otorgado Zeus. Éste la abrió y trajo al mundo todos los males y la desgracia.
Prometeo quiso vengarse de Zeus, por lo que decidió sacrificar dos bueyes. Dejó en una pila las partes comestibles de los animales y las recubrió con el vientre, mientras que dejó los huesos cubiertos con la piel del animal. Acto seguido le dio a Zeus la oportunidad de elegir entre los dos montones. Zeus respondió que elegía el montón cubierto por la piel.
Al descubrir éste el engaño, ordenó a Hermes que encadenase a Prometeo en una cueva del Cáucaso. Allí cumpliría su castigo. Un águila le devoraría las entrañas durante la eternidad pero sin provocarle la muerte, ya que es inmortal. Se libró finalmente de su tortura gracias a la ayuda de Heracles, quien lo liberó y mató al águila.
El mito de Prometeo