Esto da mayor flexibilidad a sus expectativas en el ritmo de aprendizaje. Los profesores permiten y aceptan el caos que se puede generar durante la clase. Se establecen evaluaciones apropiadas que midan el entendimiento de una manera significativa para los estudiantes y profesores (Tecnológico de Monterrey, 2014, p.8).
Los estudiantes respetarán a sus compañeros puesto que cada uno de ellos hace el papel de docente y todos merecen respeto.