Cuando tenía 10 años, me tuve que mudar a la India, un lugar al otro lado del mundo, donde no tenía amigos y tenía que construir mi vida de nuevo. Mi corazón se desplomó al principio, no podía creerlo, nunca había imaginado que algo así me pudiera pasar, y me sentí miserable y asustado. En cuestión de segundos, toda mi vida había cambiado. Cuando era hora de irme, todavía no podía creerlo, pero sabía una cosa, que apesar de todo lo que pase, no iba a cambiar mi persona. Mi corazón se llenó de esperanza y de determinación. Estaba listo.
El primer año fue el más complicado, no tuve muchos amigos, me distancie del fútbol y no podía soportar la idea de que existiera otra religión. Pase por muchos traumas psicológicos y mentalmente estaba listo para rendirme, además me sentía completamente nublado por la ignorancia e intolerancia y no cuide de mi salud mental. No tenía la seguridad de hablar con mis padres ni con la psicóloga, no tuve ningún apoyo para enfrentarme con los demonios internos que estaba batallando. Yo solo pude, pero me hice tanto daño y nunca me podré perdonar por eso. Necesitaba de un apoyo que no me juzgue y que me haga sentir en casa.
Inspirado del momento que creí el más oscuro de toda mi vida, surge el objetivo de esta revista “Quiero que esta herramienta sirva de apoyo incondicional y tenga la consideración absoluto que un niño necesita para que no pase por depresión y sepa que hay muchos más en el mundo que están pasando por lo mismo, que ustedes puedan confiar en sí mismos para seguir avanzando en su vida”. De igual forma quiero mostrarles las bellezas que puede traer el viajar por el mundo y el lado positivo de ser un niño de la tercera cultura.
Mi vida como TCK en India
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