GUÍA QUIJOTES POR EL MUNDO Quijotes por el mundo (1) | Page 64
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ambién los niños leen el Quijote
Habrá que esperar hasta el siglo xix para hallar las primeras
adaptaciones para niños y jóvenes de obras literarias clásicas, como
el Quijote. Ediciones pensadas para un público que comienza a leer,
abreviadas en su contenido, adaptadas en su lenguaje y llenas de
imágenes. Ediciones infantiles y juveniles que rescatan algunos
de los episodios protagonizados por don Quijote y Sancho y que
se han de convertir en puente (que no en obstáculo) para que
estos niños y jóvenes quieran leer y seguir disfrutando del Quijote
completo una vez sean mayores.
«Releo en este momento Don Quijote. ¡Qué libro gigantesco! ¿Lo hay más her-
moso?», así lo escribe un entusiasmado Flaubert en 1869. Y años antes, en una carta
a su amada Louise Colet fechada el 12 de junio de 1852, confiesa: «Encuentro todos
mis orígenes en el libro que me sabía de memoria antes de saber leer, Don Quijote».
En la biblioteca de Flaubert se encuentra una de las primeras adaptaciones juve-
niles de la obra cervantina: Le don Quichotte en Estampes ou les Aventures du Héros
de la Manche et de son Écuyer Sancho Pança (París, 1828). Un Quijote reducido a 34
capítulos, a 34 magníficas imágenes que constituyó la primera lectura de uno de los
novelistas más geniales de todos los tiempos.
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