GUÍA QUIJOTES POR EL MUNDO Quijotes por el mundo (1) | Page 52
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El imaginario romántico ideado por Tony Johannot se difundirá por toda Euro-
pa y América, en ediciones populares, donde algunas de sus imágenes se mezclarán
con otras de diversos artistas, como sucede con la primera edición del Quijote de la
imprenta madrileña Gaspar y Roig, una de las más prolíficas de la época.
El Quijote, en los albores de la imprenta industrial, la que triunfará en los pri-
meros decenios del siglo xix, se ha convertido en un espléndido objeto editorial,
cuyas ventas están casi garantizadas. No habrá editorial que se precie que no tenga
su edición quijotesca (como sigue pasando hoy en día).
Por ese motivo, no deja de ser curioso cómo se reutilizan algunas estampas y gra-
bados que han tenido cierto éxito, como sucede con las ideadas por Stothard, que se
publicaron por primera vez en Londres en 1782, y que años después servirán como
frontispicio de una edición inglesa impresa en Filadelfia en 1828.
3.2 Gustave Doré: el triunfo de un imaginario
En 1863, la Librairie de l’Hachette publicó L’Ingénieux Hidalgo Don Quichotte
de la Manche par Michel de Cervantes Saavedra. Traduction de Louis Viardot, avec les
dessins de Gustave Doré gravés par H. Pisan. Dos magníficos volúmenes en una edi-
ción de lujo, que está llamada a poner las bases del imaginario quijotesco, el que se
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ha impuesto en la retina de tantas generaciones de lectores gracias a su reutilización
en traducciones en todo el mundo.
Antes y después de la ilustración del Quijote de 1863, Doré se había acercado
a la obra de Rabelais (1854), Balzac (1861), Dante (1861, 1868), Perrault (1862) y
Burger [Cuentos del Barón Münchausen en versión de Gautier] (1862). Y después
ilustrará la Biblia (1866), Milton (1866), La Fontaine (1867), Tennyson (1867-
1868), Coleridge (1876) y Ariosto (1879). Doré fue capaz de crear un imaginario
postromántico a partir de escenas cargadas de tensión teatral. La primera de ellas,
la que representa a Alonso Quijano leyendo libros de caballerías, espada en alto y
lectura a gritos, rodeado por los personajes caballerescos leídos y recordados, es una
de las más conocidas.
El programa iconográfico ideado por Doré se compone de 377 estampas, graba-
das por Héliodore Pisan, uno de los maestros más reputados del momento. Además
de las cabeceras de los capítulos y de algunos remates, sobresalen las 120 ilustra-
ciones a toda página, para las que Pisan utilizó una nueva técnica de grabado sobre
madera, conocida como grabado de teinte o de interpretación.
Para poder conocer de primera mano La Mancha, la España del momento, Doré
emprende en 1861 un viaje con el Barón Davillier, que escribiría un diario ilustra-
do con 390 estampas que se publicó en 1874 con el título de L’Espagne. La figura
delgada de don Quijote, en el momento de la vela de las armas, antes de ser armado
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