El Quijote es, como se suele repetir, la obra más traducida después de la Biblia. Pero, ¿ cuántas lenguas y culturas diversas se han acercado a la obra cervantina, a las aventuras escritas por Cervantes a principios del siglo xvii y protagonizadas por don Quijote y Sancho Panza? ¿ En qué momento y por qué circunstancias se impulsó la traducción del Quijote en una determinada lengua? ¿ Cuál fue el texto y la lengua de origen de muchas de las traducciones?
El Quijote ha sido traducido, completo o parcialmente, a 145 glotónimos, de acuerdo con lo indicado por los propios traductores sin considerar si tales glotónimos hacen referencia a lenguas, dialectos o alguna variedad lingüística conocida. No hay texto de ficción que pueda comparársele. Y lo ha sido desde 1612 hasta nuestros días. Y lo sigue haciendo incluso en estos momentos en que estoy escribiendo estos apuntes para un viaje literario.
Por primera vez, el particular viaje por la recepción mundial del Quijote, una de las claves que permite explicar su transformación en un mito universal, se refleja en un mapa de las traducciones con referencias no solo a su ubicación geográfica – no siempre fácil de delimitar en el complejo universo lingüístico- sino también a las fechas de su realización, desde el siglo xvii hasta el xxi. Un mapa que se reproduce en un desplegable encartado en esta edición, y que da cuenta tanto de las traducciones( totales o parciales) del Quijote, como de las adaptaciones infantiles y juveniles, primera piedra para el éxito editorial de la obra. Estos 145 glotónimos se reducen a 58 si hablamos de traducciones completas de la obra cervantina( y de ellas, 50 lo han hecho a partir del texto en español).
1.1 Primeras traducciones, primeras lecturas
El Quijote estaba llamado a ser un best seller. Con esta idea lo financió el librero Francisco de Robles y con esta idea, seguramente, Cervantes lo escribió. La segunda edición que a escasos meses se hizo en 1605 en la imprenta regentada por Juan de la Cuesta y las reediciones piratas en Lisboa y Valencia de este mismo año muestran el éxito de esta propuesta. Pero sin las traducciones, sin la repercusión de Cervantes en tierras europeas, el Quijote no hubiera alcanzado la trascendencia que hoy nadie le discute, y así lo destaca Prosper Mérimée en su Notice historique sur la vie et les ouvrages de Cervantes( París, 1826):
Cervantes debe gran parte de su fama a sus traductores, y sus compatriotas, que durante mucho tiempo le consideraban solo un prosista elegante y amanerado, se dieron cuenta de que era su mejor escritor cuando Europa entera así lo proclamó.
La traducción como tema también estará presente en el Quijote, y lo hará en uno de los episodios más geniales de la segunda parte, que se narra en el capítulo 62.
18 i