Sobre la avenida Hidalgo, donde está la Catedral, tenemos muchas opciones más que conocer: la Casona Spencer, el restaurante Marco Polo, el restaurante Hacienda del Centro y el Museo de Arte Popular Morelense donde podemos admirar lo que producen desde hace siglos las manos de esta tierra de Emiliano Zapata.
Los fines de semana tambien podrás recorrer los mercados ambulantes de libros y arte, que se instalan en las calles cercanas.
Nuestro recorrido culmina en el Palacio de Cortés, que alberga el Museo Regional Cuauhnáhuac, que contiene amplios pasajes de la historia de Morelos. Caminar por los pasillos de esta enorme construcción –una de las primeras obras civiles realizadas en la Nueva España- y ver documentos históricos como los manifiestos de guerra de Emiliano Zapata o el mural de Diego Rivera, son un viaje al pasado.
Estamos agotados. Es hora de ir al hotel para meterse un rato a la alberca, descansar unos minutos y prepararnos para cenar en alguno de los restaurantes del centro de Cuernavaca.
Casa Hidalgo es nuestra elección para la cena. Es un lugar romántico, de cocina internacional con cava propia y muy buenos vinos. Su vista es espectacular pues enfrente vemos el Palacio de Cortés, que recorrimos unas horas antes.
Es sábado por la noche y hay mucho bullicio por las calles. En la plazuela del Zacate, otro de los sitios históricos de la ciudad, hay varios bares que nos atrapan de inmediato. Desde canciones bohemias hasta lugares con pista de baile hacen que nuestro cuerpo se mueva.
Son las 2 de la mañana. Tiempo de irnos a dormir. El domingo regresamos a casa.
Hidalgo Lounge
En la terraza superior de Casa Hidalgo y con excelente vista.
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