Cuernavaca, la ciudad de la Eterna Primavera, ha enamorado a conquistadores, escritores, artistas, intelectuales, empresarios y un sinfín de figuras internacionales y nacionales.
Ir a Cuernavaca es un verdadero placer, por la combinación de un clima benévolo, verde vegetación y lugares acogedores para disfrutar, descansar y divertirse.
Así que vamos a vivir un fin de semana en esta ciudad situada a 70 kilómetros del Distrito Federal, la urbe más grande del país.
¿DONDE COMER?
Este el primer gran reto por la variedad de gastronomía que hay en la ciudad y en poblaciones cercanas.
Decidimos algo fresco y agradable. Y por eso llegamos al restaurante Bistro Q en Rio Mayo para degustar las famosas tostadas de atún, una creación de este lugar. Quizá te imaginas el atún de lata, pero nada que ver. Ven aquí y sabrás de lo que te estamos hablando.
La plática de la mesa está muy agradable y el tiempo se va volando. Ya son las 8 de la noche, buen tiempo para ir a tomarnos un café.
Del Bistro Q nos vamos caminando una cuadra y llegamos al Gloria Jean´s Coffees. Ahí vamos a disfrutar alguna de las bebidas refrescantes con café cómodamente instalados en la terraza del establecimiento.
DE ANTRO
Todos sabemos que la vida nocturna de Cuernavaca es otro de los atractivos de la ciudad desde hace décadas.
Cerca de donde estamos se encuentra Plaza Marina, la cual alberga varios bares, como Santina Sky Roof, Chant o BPM (Rio Mayo 803, Col. Vista Hermosa), que son para todas las edades y gustos.
Después del antro, la cama nos reclama. Ha sido un día ajetreado y lo mejor es encontrar un hotel no muy caro, que tenga alberca y estacionamiento propio.
Nos dirigimos hacia el centro de Cuernavaca para hospedarnos en el Hotel Bajo El Volcán, denominado así en honor a la novela del mismo nombre del escritor inglés Malcom Lowry, que vivió en esta ciudad.
De viaje a
cuernavaca
"La Ciudad de la
Eterna Primavera".
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