Guaidó es la esperanza de Venezuela Venezuela en el corazón | Page 6
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los partidarios de Guaidó para reconocerle su legitimidad apunta a que ese reconocimiento
sería inevitable si Maduro no accede a someterse de nuevo a las urnas.
Las objeciones planteadas por países como Grecia o Austria para alcanzar la
unanimidad en el reconocimiento más o menos inmediato de Juan Guaidó como presidente
interino de Venezuela han llevado a España, Francia, Alemania y Reino Unido a precipitar
los acontecimientos. La resistencia de Austria obedece a la presencia del partido de extrema
derecha FPÖ en el Gobierno liderado por el popular Sebastian Kurz. El partido tiene
estrechos lazos con el Kremlin. Y la ministra de Asuntos Exteriores, Karin Kneissl, incluso
contó este mes de agosto con Vladimir Putin entre los invitados a su boda en Austria.
En Grecia, Syriza, el partido del primer ministro, Alexis Tsipras, se resiste a
secundar los ataques contra Maduro auspiciados por el presidente de EE UU, Donald
Trump, por considerar que no responden a los intereses de los venezolanos sino a los de
Washington.
El ultimátum de cuatro de las principales capitales del club hacía inevitable el
endurecimiento del tono marcado desde la sacudida política del miércoles en Caracas,
cuando Guaidó se autoproclamó presidente. Los Veintiocho se limitaron entonces
a mantener su rechazo de Maduro y a pedir nuevas elecciones, pero sin plantear un posible
reconocimiento de Guaidó.
La declaración de mínimos logró mostrar una posición unida de la UE. Pero las
fisuras eran evidentes, con varios dirigentes comunitarios, como el presidente del Consejo
Europeo, el conservador Donald Tusk, y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio
Tajani, abogando claramente por alinearse con la posición de la administración de Donald
Trump.
La reunión del Comité Político y de Seguridad de la UE este viernes en Bruselas
evidenció que esa posición común se había resquebrajado y que una inmensa mayoría de
países, España entre ellos, ya era partidario de redoblar la presión sobre el régimen chavista
y decantarse por aceptar a Guaidó como una autoridad legítima del país, tal y como han
hecho EE UU, Canadá y la mayoría de los países latinoamericanos. La fractura de la
posición europea se ha consumado este jueves con la declaración de España, Francia y
Alemania.
El giro de la posición europea se inició el jueves, forzado por la presión
internacional, que situaba a la UE dentro del bloque liderado por Rusia, reacio a reconocer
a Guaidó, y por el debate interno en países como España, donde la oposición conservadora
exigía al Gobierno de Sánchez el reconocimiento inmediato.
Sánchez inició el viraje en Davos, con una reunión con los mandatarios de
Colombia, Ecuador y Costa Rica (tres de los países que habían reconocido al presidente de
la Asamblea) y con una llamada telefónica a Guaidó para mostrarle su reconocimiento y
apoyo. El mismo día, Macron señalaba en un tuit que "Europa apoya la restauración de la