Guaidó es la esperanza de Venezuela Venezuela en el corazón | Page 4

4 El oficialismo tiene de su parte el control de los votos a través de los subsidios, los bonos y sobre todo las bolsas de comida repartidas con frecuencia mensual conocida como cajas de los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción, una ayuda introducida en 2016). EL PAÍS lleva meses haciendo un seguimiento de las entregas de alimentos en el sector Valle Alto de Petare, el barrio popular más extenso de Venezuela. Incluso los responsables de esa tarea encomendada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Romina Oporte y Pedro Key, lamentan las dificultades por las que pasa la población. A menudo, no hay para todas las familias, con frecuencia las bolsas —que contienen algunos paquetes de pasta, arroz, harina, azúcar y aceite— no llegan a tiempo. No obstante, siguen apoyando al aparato chavista convencidos del argumento esgrimido por sus dirigentes y el propio Maduro, el de la guerra económica. Es decir, que las penurias se deben al bloqueo de Estados Unidos y de las principales potencias de América Latina. Grupos de milicias Eso es lo que opinaba el grupo de milicianos que ayer por la mañana desfilaban por la plaza Diego Ibarra. Chávez y Maduro armaron a cientos de miles de civiles para que defendieran todas las aristas de su discurso por polémicas que resulten algunas decisiones. Por ejemplo, el rechazo a la apertura de un canal humanitario que permita la entrada de comida y medicamentos. Según la oposición, eso era lo más urgente, aunque supone una admisión directa del fracaso del modelo chavista. Por esta razón, una de las primeras medidas anunciadas por Guaidó fue la concesión de 20 millones de dólares en ayudas que llegarán de Estados Unidos y que van dirigidas a los más necesitados. La hiperinflación, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzará la estratosférica cifra del 10.000.000% en 2019, y la dolarización de facto de la economía golpean a los sectores más vulnerables de la población. El caldo de cultivo perfecto para una nueva ola de indignación.